Valentín Glushkó: El arquitecto de la cohetería soviética
HISTORIA DE LA ASTRONÁUTICA.
Valentín Glushkó (1908-1989), considerado uno de los pioneros de la cohetería soviética, proporcionó un legado que se encuentra entrelazado con algunos de los avances más significativos de la Carrera Espacial del siglo XX.
Foto: Wikimedia Commons.
Nacido el 2 de septiembre de 1908 en Odesa, en el entonces Imperio ruso, Glushkó mostró desde joven un profundo interés por la ciencia y la tecnología. Fascinado por las teorías de Konstantín Tsiolkovski, el padre de la cosmonáutica, Glushkó se dedicó al estudio de los principios que regían los viajes espaciales. Tras graduarse en el Instituto Polécnico de Leningrado, su carrera despegó al involucrarse en el desarrollo de motores de propulsión líquida, un campo entonces en sus albores.
Contribuciones al Programa Espacial Soviético.
Glushkó desempeñó un papel crucial en el diseño y producción de motores para cohetes y naves espaciales. Sus contribuciones incluyeron el desarrollo de motores de combustión a base de propergoles criogénicos e hipergólicos, que se utilizaron en algunos de los cohetes más icónicos de la Unión Soviética.
Entre sus proyectos más destacados se encuentran:
- El motor RD-107/108: Diseñado para impulsar los cohetes R-7, incluyendo el legendario Sputnik, el primer satélite artificial lanzado en 1957. Este motor marcó un hito en la historia de la exploración espacial.
- Los motores del programa Soyuz: Estos motores, basados en diseños originales de Glushkó, han sido esenciales en misiones tripuladas y no tripuladas, y continúan en uso hasta el día de hoy.
- Colaboración en el cohete Energía: En sus últimos años, lideró el desarrollo del sistema de propulsión del cohete Energía, utilizado para lanzar el transbordador espacial soviético Buran.
Rivalidad con Serguéi Koroliov.
La relación entre Glushkó y Serguéi Koroliov, otro gigante de la astronáutica soviética, estuvo marcada por una intensa rivalidad. Mientras Koroliov defendía el uso de propergoles criogénicos de oxígeno líquido y queroseno, Glushkó abogaba por combustibles hipergólicos más eficientes pero tóxicos. Esta disputa resultó en que los dos trabajaran por separado durante gran parte de sus carreras, pero también impulsó la diversificación tecnológica que caracterizó al programa espacial soviético.
Reconocimientos.
A pesar de los desafíos, Glushkó dejó una huella imborrable en la ciencia espacial. Fue galardonado con múltiples honores, incluyendo el Premio Lenin y la distinción de Héroe del Trabajo Socialista. Su contribución no solo aceleró los avances de la Unión Soviética en la Carrera Espacial, sino que también estableció los cimientos de la cohetería moderna.
Hoy, el legado de Glushkó vive en cada lanzamiento espacial. Desde los cohetes Soyuz hasta los motores que propulsan satélites comerciales, su influencia es innegable. Su vida es un testimonio del poder de la ingeniería, la pasión y la perseverancia en la búsqueda de objetivos que trascienden fronteras y generaciones.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings