“Inmortalidad” de organismos vivos recae en el legado genético que transfieren

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA / FIL 2025.-

Como parte FIL Ciencia, el Premio Nobel de Química, Venki Ramakrishnan, abrió el diálogo sobre los ciclos de la vida en la charla “¿Por qué nos morimos?”.

La adaptabilidad de los seres vivos es lo que virtualmente los convierte en “inmortales”, pues aunque los ciclos de vida lleguen a su fin, existen células que persisten a la muerte durante las primeras horas, “trascendiendo la vida” al servir como material genético que impactará en las nuevas generaciones.

Durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el biólogo y Premio Nobel de Química Venki Ramakrishnan, abrió el diálogo sobre los ciclos de la vida y las reflexiones sobre la inmortalidad en la charla “¿Por qué nos morimos?”, junto con el científico y divulgador mexicano Martín Bonfil Olivera.

En el encuentro, que forma parte del programa FIL Ciencia, Ramakrishnan planteó la idea de que la muerte es parte de la naturaleza y se ha convertido en un elemento adaptado por las religiones alrededor del mundo, algunas de las cuales emplean el concepto de “inmortalidad” como una continuidad al final de la vida.

Sin embargo, la muerte es un hecho en el ciclo de los seres humanos, en algunos casos convirtiéndose en un proceso lento que desgasta elementos biológicos que integran la conciencia, pero con la posibilidad de que sobreviva ADN o células que continuarán aplicándose hasta convertirse en materia que sirva para otro organismo.

“A la evolución no le interesa cuánto vives, tu cuerpo es una vasija para contener sus genes y transferirlos. Lo que la evolución optimiza no es el tiempo de vida, sino la aptitud evolutiva, la habilidad de transmitir los genes”, precisó.

Para el investigador, esta adaptación es lo que permite que continúen con normalidad los ciclos de vida de los organismos, cada uno con su longevidad establecida, la cual también es resultado del ciclo natural y las necesidades de cada especie para reproducirse y transferir la información a una nueva generación.

“Todos somos inmortales porque descendemos de células que estuvieron hace millones de años, y esas células se pasan de una generación a otra”, mencionó.

Ramakrishnan refirió que existen estudios sobre la longevidad en los que se han encontrado genes que retrasan el envejecimiento; aún se desconoce si existe un solo factor o si es la suma de varios lo que ralentiza el impacto del paso del tiempo en la biología de los organismos vivos.

Indicó que aunque la ciencia ya busca formas de revertir o retrasar el envejecimiento, todavía se trata de una tecnología que no podría ser infinita, pues aunque pueda aportar beneficios al organismo, tarde o temprano el cuerpo tendría que atravesar una etapa no saludable de envejecimiento.

Por otra parte, consideró que estos tratamientos podrían caer en manos de las personas con más recursos económicos, lo que provocaría una fase de desigualdad en la sociedad al ser una alternativa para muy pocos, y al mismo tiempo limitaría la variabilidad genética de las nuevas generaciones.

“Es una sensación muy incómoda el saber que no vamos a existir y no vamos a estar conscientes de este mundo, pero envejecer es un proceso lento y doloroso, por eso el interés de la investigación en la longevidad; pero no queda claro qué tan pronto se va a encontrar una solución”, precisó.

Texto: Pablo Miranda Ramírez / Fotografía: Fernanda Velazquez.

Sitio Fuente: UdeG