Pedro Páramo: la muerte, la mitología y su relación con la cultura mexicana

HUMANIDADES / LITERATURA

Pedro Páramo, la novela Juan Rulfo, representa gran parte de la cultura de México a través de los mitos sobre la muerte y el más allá.

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Autor: Neil Henderson  |  Fuente: Flickr

Pedro Páramo es una de las novelas fundamentales de la literatura latinoamericana. Su autor, el mexicano Juan Rulfo, perteneció a la generación del ’52. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía, cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Este texto podría enmarcarse en lo que luego se denominó narrativa de vanguardia.

La novela trata sobre Juan Preciado, un joven que emprende viaje hacia un pueblo llamado Comala, en búsqueda de su padre y su identidad. En este viaje le sucederá lo imposible, en un pueblo casi desierto que solo está habitado por murmullos. Estos murmullos serán la condena de Juan: el retorno hacia sus orígenes es el último viaje que va a realizar.

Las creencias mexicanas en Pedro Páramo.

Como señala Martin Lienhard en “El sustrato arcaico en Pedro Páramo: Quetzalcóatl y Tláloc”, en este libro se percibe una voz colectiva, la voz de una comunidad campesina mexicana. Esa voz carga con un sistema simbólico perteneciente a la cultura ancestral, la historia tiene motivos vinculados a las creencias y ritos populares en México. La forma particular de vincularse con la muerte es el tema central de la obra y una de las características más llamativas de los pueblos mexicanos.

Otro de los elementos presentes en la obra es la relación de los vivos con los muertos. En México, la celebración del Día de los muertos es símbolo nacional y  da una pauta relevante sobre cómo los mexicanos se relacionan con la muerte y la espiritualidad. El libro de Juan Rulfo permite entrever estos temas en escenas en las que los personajes rezan oraciones para sus muertos y hay un motivo de almas en pena.

Lienhard también señala que en Pedro Páramo hay claras referencias a la cultura indígena Náhuatl. En esta tradición, Quetzalcóatl, uno de los dioses principales, viaja al inframundo a buscar sus restos, como lo hace Juan Preciado cuando viaja a Comala. Existe aquí un paralelismo entre Quetzalcóatl y Juan Preciado: ambos viajan hacia la ciudad de los muertos en búsqueda de su memoria.

Lo mítico está siempre presente en esta novela. El pueblo de Comala de la novela es también en cierta forma, el país de los muertos de la cultura mexicana, una representación del viaje hacia el más allá.

La mitología.

La novela Pedro Páramo está cargada de voces, rumores y pasos indefinidos: miedo y magia. Este mundo no solo refleja el México del siglo XX,  sino que también representa aquellos pueblos tradicionales de mestizos que dieron inicio a la Revolución mexicana. En el subconsciente colectivo se mantiene viva hasta hoy la creencia en lo sobrenatural, lo que en la novela juega un papel fundamental.

La novela explota en todas sus posibilidades la relación mito-literatura y mito-realidad. La realidad latinoamericana es representada en una visión que apunta hacia el pasado indígena, hacia aquel paraíso perdido con sus costumbres y creencias.

Entre los simbolismos que podemos encontrar tenemos al personaje de Abundio, quien guía a Juan Preciado hacia Comala. Abundio navega entre el “mundo de los vivos” y “el mundo de los muertos”, llevando al personaje principal hacia el inframundo, como el Caronte de la Divina Comedia.

El orden cronológico de la novela pierde el sentido. Hallamos solo fragmentos de tiempos diversos, el tiempo se construye por las voces de los personajes y cada uno de ellos vive su espacio y tiempo individual.

Juan Rulfo construye en esta historia a un hombre trágico que está condenado a la eterna peregrinación en una ciudad como Comala que es peor que el infierno, es la nada. Esta visión, más allá de su tinte fatalista, nos muestra al hombre en su eterna búsqueda, búsqueda que está por encima de la vida y de la muerte.

Si quieres saber más sobre la mitología en Pedro Páramo puedes leer el artículo “Pedro Páramo: ¿ficción o deconstrucción del mito?”.

Comala, el reino de la muerte.

El personaje central de la novela es el pueblo donde no viven más que almas que vagan en pena. Al principio, Juan Preciado relata su viaje hacia el pueblo y comienza a percibir lo fantasmal de Comala. La estructura del relato va cambiando a medida que avanza la novela: ya no es solo el protagonista quien relata, sino que se entremezclan en la novela las voces de los habitantes de Comala.

La atmósfera de vacío y destrucción del pueblo se basa en la idea de las “animas en pena” de la antigua cultura mexicana. Estas almas están condenadas a vagar por la tierra mientras los vivos rezan por ellas. Los rezos y lamentos son las voces que comienzan a expandirse en el texto.

La muerte, representada como un viaje, es una clara alusión a las creencias mexicanas. La muerte no es vista como el final de algo, sino como una transición, un viaje hacia otro reino. Juan Preciado viaja al pueblo, lo que él desconoce es que este es un viaje sin retorno. Sobre la mitad de la historia, Juan sentencia “me mataron los murmullos”, entregando al lector la clave para entender el texto.

Para saber más sobre la relación entre Comala y la muerte puedes leer “El largo camino de Juan Preciado hacia el Mictlán” .

En 2015 se celebran 60 años de la publicación de este clásico de la literatura mexicana. Este aniversario quizá sea la mejor excusa para leer el libro y adentrarse en una historia única, llena de mitos, magia y tradiciones de la cultura nacional.

Sitio Fuente: Universia México