Seis claves sobre los problemas presentes y futuros de Ethereum

EMPRESAS / NEGOCIOS.-

La actualización Constantinopla tuvo que volver a retrasarse tras el hallazgo de un fallo de software. El episodio ha reabierto el debate sobre si la cadena de bloques debe estar 100 % descentralizada si aspira a convertirse en una versión de internet basada en 'blockchain'.

Selman Design.

La semana pasada, se suponía que la cadena de bloques (blockchain) Ethereum iba a vivir una importante renovación. La última actualización del software, programada para comenzar el 16 de enero y que se completaría en unos días, presentaría cinco características nuevas diseñadas para mejorar el rendimiento de la red y sentar las bases para futuras actualizaciones adicionales. Pero después de que investigadores externos descubrieran que uno de los cambios haría la red más vulnerable a los hackers, la bifurcación dura de la red (hard fork) tuvo que posponerse en el último minuto.

Esa decisión no solo molestó a aquellos que quieren que Ethereum evolucione y se convierta en una alternativa a internet basada en blockchain. Una vez más quedó claro que es posible que Ethereum tenga que sacrificar parte de su amada "descentralización" para lograr su ambiciosa misión.

No es el primer aplazamiento.

Cuatro funciones de esta actualización, llamada Constantinopla, estaban dirigidas a mejorar la velocidad, la eficiencia y el costo de las transacciones en la red. La quinta, que hasta la semana pasada era la más controvertida, iba a cambiar la economía de la red al reducir la recompensa en criptomonedas que reciben los "mineros" a cambio de usar su potencia informática para mantener la cadena de bloques segura. Esta medida está diseñada para que los mineros se preparen para un alejamiento planificado del método actual de la seguridad de la cadena, que premia el poder informático por encima de todo.

Constantinopla se ya había pospuesto. Originalmente estaba programada para noviembre pasado, pero los desarrolladores descubrieron un error en octubre y decidieron retrasar la actualización hasta enero. Todo iba bien esta vez hasta el martes por la noche, cuando ChainSecurity, una start-up que verifica los contratos inteligentes, encontró con otro posible problema.

Consecuencias imprevistas.

El equipo de ChainSecurity descubrió una peligrosa consecuencia imprevista de uno de los cambios en Constantinopla: ciertos contratos inteligentes, pequeños programas informáticos que se almacenan en la cadena de bloques de Ethereum y están diseñados para transferir automáticamente la criptomoneda, ahora serían vulnerables a un tipo de ataque malicioso llamado "reingreso". Los atacantes podrían explotar los errores para crear un contrato para hacer algo indebido, como enviarles dinero para que desaparezcan con él, según el cofundador de ChainSecurity, Petar Tsankov. Poco después de que ChainSecurity lo comunicara a los desarrolladores de Ethereum, decidieron posponer a Constantinopla por "una mayor precaución".

La dificultad (y la polémica) de actualizar cualquier 'blockchain'.

Ethereum, al igual que Bitcoin y otros sistemas de cadena de bloques, se mantiene mediante una red de ordenadores, llamados nodos, que ejecutan un software creado para verificar automáticamente las transacciones y agregarlas a la cadena. (Algunos de esos nodos, los mineros, se apresuran a resolver un rompecabezas matemático para tener la oportunidad de agregar nuevos conjuntos o "bloques" de transacciones). Para que ocurra una actualización, los operadores de nodos (o al menos la mayoría de ellos) deben estar de acuerdo en cambiar a una nueva versión, un proceso llamado "bifurcación dura". El nombre se refiere a la forma en la que la comunidad deja atrás el sistema anterior y sus reglas, "bifurcándose" en una nueva dirección. El éxito requiere obtener una participación de toda la comunidad.

Aunque la mayoría de la comunidad parecía estar conforme con Constantinopla, muchos mineros tenían dudas sobre la reducción de sus recompensas. Existe un riesgo de que muchos mineros renuncien por este cambio, ya que no podrán obtener ganancias, y el poder de la minería  estará más concentrado, afirma el CEO de Bitfly, Peter Pratscher, una start-up con sede en Viena (Austria) que gestiona Ethermine, el grupo de minería más grande de la red (los aproximadamente 75.000 mineros de Ethermine representan alrededor de una cuarta parte de la capacidad minera total de Ethereum).

Disputas pasadas.

Las bifurcaciones duras no siempre son armoniosas. El ejemplo más famoso ocurrió en 2016. Después de que un atacante robara 44 millones de euros en ethers (también, casualmente, a través de un ataque de reingreso), los desarrolladores de Ethereum forzaron una bifurcación dura de emergencia para revertir el robo y devolver los fondos. Dado que esa modificación cambió el historial de Ethereum, algunos sintieron que la decisión afectó la inmutabilidad de la cadena de bloques y decidieron seguir minando la cadena original, cuyo nuevo (antiguo) token empezó a ser conocido como Ethereum Classic (y donde el atacante aún tenía sus fondos). Los críticos más destacados de Ethereum aún apuntan a esta bifurcación como evidencia de que hay demasiado control en manos de solo unos pocos líderes de Ethereum, entre ellos, su particularmente enigmático joven creador, Vitalik Buterin.

El problema de la descentralización total.

Con competidores emergentes tan bien financiados como EOS, los líderes de Ethereum se han visto obligados a idear procesos más eficientes para la toma de decisiones, especialmente para las que son muy técnicas, sin sacrificar la descentralización. En la práctica, sin embargo, la descentralización y la centralización no son blancas o negras. Una red verdaderamente descentralizada no tiene ningún punto de falla, pero ese fenómeno es difícil de cuantificar, y ese término tiende a significar cosas diferentes para distintas personas en función del contexto.

Al fin y al cabo, el objetivo de Ethereum es construir una versión de la web a prueba de censura que miles de millones de personas puedan adoptar. Es probable que las decisiones técnicas se compliquen a medida que el sistema se vuelva más complejo, y el riesgo de consecuencias imprevistas aumentará. Para tener éxito, Ethereum debería ser más como una organización convencional. Quizás un poco de centralización sea inevitable.

En cuanto a Constantinopla, parece que la implementación se ha pospuesto hasta el próximo 27 de febrero.

Por Mike Orcutt. traducido por Ana Milutinovic.

Sitio Fuente: Technology Review