Equipo internacional de científicos encuentran por primera vez evidencia de cómo los árboles viejos comparten información crítica con los jóvenes del bosque

CIENCIAS DE LA VIDA / ECOLOGÍA.-

Un estudio ha demostrado que los árboles usan señales bioeléctricas para prepararse para eventos naturales como los eclipses solares. Los árboles más viejos envían estos mensajes primero, indicando que tienen una “memoria ambiental” y ayudan a proteger a los más jóvenes.

- Árboles anticipan eclipses sincronizando señales eléctricas.

- Respuesta más fuerte en árboles viejos.
- Árboles actúan como red unificada, no como individuos.
- Estudio revela comportamiento colectivo vegetal.
- Implica memoria ambiental y comunicación interárboles.
- Impulso a la protección de bosques maduros.

Los árboles también se comunican: una sincronización forestal durante el eclipse solar.

Un estudio internacional liderado por investigadores de Australia e Italia ha revelado un hallazgo sorprendente: los abetos (Picea abies) no solo responden a un eclipse solar, sino que también lo anticipan, sincronizando sus señales bioeléctricas horas antes del evento. Esta respuesta colectiva sugiere que los árboles interactúan como un sistema vivo integrado, en lugar de reaccionar individualmente.

Anticipación coordinada en el bosque.

Gracias a sensores diseñados específicamente para resistir condiciones forestales y alimentarse con bajo consumo energético, un equipo interdisciplinario registró actividad bioeléctrica sincronizada en una zona de los Alpes Dolomitas. Lo notable no fue solo la respuesta al eclipse, sino que varias horas antes del fenómeno ya se observaba una coordinación creciente entre los árboles.

Este comportamiento apunta a una capacidad anticipatoria sin necesidad de intercambio de materia, basada en principios aún poco explorados, como los campos cuánticos aplicados a sistemas biológicos.

El rol de los árboles más antiguos.

Los ejemplares de mayor edad mostraron una respuesta temprana y más marcada, lo que sugiere que conservan una memoria ecológica acumulada a lo largo de décadas. Los investigadores proponen que esta memoria podría estar siendo transmitida a los árboles más jóvenes, facilitando respuestas comunitarias ante eventos ambientales relevantes.

Esto refuerza el valor ecológico de los bosques maduros, cuya desaparición podría significar también la pérdida de esa sabiduría almacenada.

La “wood wide web” es real y está viva.

La expresión “wood wide web”, que compara las redes subterráneas de comunicación vegetal con internet, cobra un nuevo nivel de profundidad con este hallazgo. No se trata solo de intercambio de nutrientes por las raíces y hongos micorrízicos, sino también de sincronización bioeléctrica compleja, comparable a la actividad de grupos animales.

Tecnología avanzada al servicio del estudio ecológico.

El uso de sensores de bajo consumo y análisis matemáticos avanzados, como medidas de complejidad y teorías de campo cuántico, permitió detectar patrones invisibles a simple vista. Este enfoque multidisciplinario abre la puerta a una comprensión más rica y profunda del comportamiento vegetal colectivo.

Este descubrimiento no solo expande la frontera del conocimiento científico, sino que plantea nuevas herramientas para construir una relación más armónica y sostenible con los bosques y la Tierra.

Por: Alberto Vázquez.

Sitio Fuente: Agencia ID