Más allá del oído humano: campeones del espectro acústico en el reino animal

CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA.-

La audición del ser humano comprende frecuencias desde aproximadamente 20 Hz hasta 20 kHz.

Este rango relativamente estrecho nos sitúa en una posición modesta frente a muchas otras especies, ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­tanto en los extremos bajos (infrasonidos) como en los altos (ultrasonidos). Pero hay animales con rangos mucho más amplios.

Gigantes de infrasonidos: audición de baja frecuencia.

Elefantes terrestres.

Los elefantes pueden oír sonidos tan graves como 16 Hz y hasta 12 kHz, lo que les permite comunicarse a largas distancias mediante infrasonidos. Estas bajas frecuencias atraviesan el suelo y el aire con menor atenuación, facilitando señales de comunicación social y de alarma entre manadas dispersas.

Ballenas barbadas.

Algunas ballenas barbadas, como la ballena azul, registran sonidos desde 7 Hz hasta 35 kHz en su rango de audición; este espectro favorece el intercambio de llamadas a cientos de kilómetros bajo el agua.

Maestros del ultrasonido: los reyes de lo imperceptible.

Murciélagos.

Utilizando la ecolocalización, diversas especies de murciélagos detectan frecuencias superiores a 100 kHz, alcanzando hasta 200 kHz para localizar insectos en vuelo.

Polilla cera mayor.

La polilla cera mayor (Galleria mellonella) ha evolucionado un sistema auditivo capaz de escuchar hasta 300 kHz, lo que le confiere una ventaja defensiva frente a depredadores como los murciélagos.

Peces clupeiformes.

Algunos peces de la subfamilia Alosinae (alosos) perciben ultrasonidos de hasta 180 kHz, adaptándose a detección de presas y evasión de amenazas en ecosistemas acuáticos.

Campeones terrestres y domésticos.

Ratones.

Los ratones oyen desde 1 kHz hasta entre 70 kHz y 90 kHz, usando ultrasonidos para la comunicación entre crías y madre en entornos densos de vegetación.

Perros.

La audición canina abarca frecuencias desde 65 Hz hasta 45 kHz, lo que les permite reaccionar a sonidos y comandos inaudibles para los humanos.

Gatos.

Los gatos domésticos detectan desde 20 Hz hasta 64 kHz, afinando su capacidad para rastrear pequeños roedores en penumbra o completo silencio humano.

Habitantes del mar: marsopas, delfines y focas.

Marsopa común.

La marsopa común (Phocoena phocoena) capta frecuencias de 100 Hz a 150 kHz, configurando un audiograma en forma de U que optimiza tanto ecolocalización como comunicación social.

Delfines nariz de botella.

Estos cetáceos oyen entre 150 Hz y 160 kHz, combinando ultrasonidos para ecolocalización y frecuencias medias para interacción grupal.

Focas.

Las focas marinas detectan sonidos de baja frecuencia (50 Hz) hasta 86 kHz, ajustando su audición según las condiciones variables del medio acuático.

Estrategias evolutivas y aplicaciones tecnológicas.

La amplitud del espectro auditivo en el reino animal refleja adaptaciones evolutivas a nichos ecológicos muy diversos. Desde la comunicación de larga distancia en infrasonidos hasta la ecolocalización ultrasonora, estos sistemas inspiran tecnologías biomiméticas en monitoreo ambiental, detección de presas y diseño de dispositivos acústicos de alta precisión. Conocer estos rangos nos ayuda a valorar la riqueza sensorial de otras especies y a desarrollar soluciones innovadoras basadas en la naturaleza.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings