Huracanes fuera de la Tierra
COSMOLOGÍA.
En el sistema solar existen ciclones y huracanes de magnitudes y características muy diferentes a los terrestres, alimentados por la dinámica atmosférica y la composición única de cada cuerpo planetario.
Foto: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute.
Huracanes en planetas gigantes.
Júpiter: la Gran Mancha Roja.
La Gran Mancha Roja es un anticlón persistente en la atmósfera joviana, con vientos de hasta 432 km/h y un diámetro cercano a 25.000 km, casi dos veces el tamaño de la Tierra. Observaciones de la sonda Juno han revelado que la tormenta se extiende unos 500 km bajo las nubes superiores, conectando la dinámica atmosférica con las profundidades del planeta. Aunque ha mostrado una tendencia a reducir su tamaño desde la década de 1930, sigue siendo el huracán más duradero conocido en el sistema solar.
Saturno: huracán polar y el hexágono.
En el polo norte de Saturno existe un vórtice de características similares a un huracán terrestre, con un “ojo” central y paredes de nubes que giran a gran velocidad. Cassini capturó imágenes de este sistema, donde se observó que puede superar los 560 km/h cerca del centro. Alrededor de este huracán polar se extiende un patrón hexagonal único, descubierto por Voyager y estudiado en detalle por Cassini, cuya forma se atribuye a ondas estacionarias en la atmósfera profunda.
Tormentas en planetas rocosos.
Venus: vórtices polares infernales.
Venus presenta enormes vórtices en sus polos, con estructuras que recuerdan el “ojo” de un huracán, pero impulsadas por corrientes superrotacionales y diferencias térmicas extremas. El estudio de Venus Express mostró que el vórtice sur cambia de forma en cuestión de días y que en ocasiones adopta configuraciones de dos “ojos”. Estas tormentas reflejan la compleja interacción entre la capa de nubes de ácido sulfúrico y el interior caliente del planeta.
Marte: ciclones de polvo.
Aunque no alcanza la intensidad de un huracán, Marte genera ciclones de polvo que pueden abarcar cientos de kilómetros y durar semanas, moldeados por su atmósfera tenue y las grandes variaciones térmicas diarias. Estas tormentas globales representan un reto para misiones robóticas, pues reducen la visibilidad y alteran las condiciones de operación solar de los rovers.
Huracanes en satélites.
Titán: vórtice polar rico en compuestos orgánicos.
La luna Titán de Saturno alberga un vórtice en su polo sur compuesto de gases como hidruro de cianuro y nitrilo, observado por la Cassini en 2012 con un diámetro de más de 5.000 km. Este huracán criogénico es parte de un ciclo estacional que podría durar hasta 22 años terrestres, según modelos basados en datos de la sonda Cassini.
Otros satélites y planetas exteriores.
En Neptuno, las llamadas “manchas oscuras” como la Gran Mancha Oscura muestran vientos de hasta 2.100 km/h, los más rápidos registrados en el sistema solar. Aunque estos sistemas desaparecen y reaparecen, Hubble los ha rastreado desde su descubrimiento por la Voyager en 1989. Urano, por su parte, exhibe tormentas blancas observadas por telescopios terrestres, pero sin la persistencia de los sistemas gigantes de Júpiter.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings