Agricultores colombianos pasan del café al cacao con el aumento de la temperatura y los precios

Colombia: AGRICULTURA.-

- Debido al aumento de las temperaturas y el cambio climático, los productores de café a pequeña escala en Colombia plantan cada vez más cacao.

- El cacao enfrenta menos desafíos inmediatos en comparación con el café, que es propenso a las plagas y enfermedades, y se puede integrar bien en sistemas de agroforestería. Sin embargo, los agrónomos advierten que la transición al cacao puede llevar a la tala de bosques y mayor consumo de productos químicos para expandir las plantaciones existentes.
- Unas mayores ganancias, los precios altos del cacao en el mercado y los costos en aumentos necesarios para administrar los cultivos de café también son factores que llevan a los agricultores a pequeña escala hacia el cambio.
- Aunque el café sigue siendo el producto agrícola más importante de Colombia, el cacao está emergiendo no solo como una alternativa, sino como un cultivo definitorio en el futuro agrícola en evolución de Colombia, afirman los agrónomos.

Euperfadis Cardenas Vargas, en su finca de dos hectáreas de cacao. Foto: © Víctor Raison.

“Antes, se consideraba que quien quisiera cultivar cacao a 1200 o 1500 metros estaba loco”, sostiene Orlando Quintero Gonzales, agrónomo del Eje Cafetero de Colombia. “Hoy, con el cambio climático redefiniendo los paisajes agrícolas, estas altitudes podrían volverse óptimas para este cultivo”.

A medida que los agricultores a pequeña escala mueven sus plantas de café a elevaciones mayores para evadir las temperaturas altas, cultivos nuevos como el cacao están apoderándose de las tierras abandonadas. Algunos están cambiando por completo los cultivos para evitar la disminución de los réditos. Está redefiniendo las prioridades agrícolas y modificando la economía local, indica Quintero Gonzales, quien también lidera un centro de experimentación en la Federación Nacional de Cacaoteros (FEDECACAO). En el Eje Cafetero, la región productora de café emblemática de Colombia que abarca los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, esta transformación ya está en marcha.

“Reemplazamos el 95 % de las plantas de café en el establecimiento agrícola por cacao cuando asumimos el control hace cinco años porque es más fácil de manejar”, explica Claudia Giraldo, una agricultora de Risaralda, mientras sube la colina empinada para mostrar sus árboles de cacao recientemente plantados.

Los investigadores advierten que este cambio en el cinturón de café de Colombia no es solo una adaptación temporal, sino una transformación estructural. Si bien el cultivo de café aumentó en 2024 con variedades más resistentes y más apoyo, la producción ha tenido aumentos pequeños e incluso disminuciones en años previos debido a sequías y El Niño.

En general, la zona de cultivo se redujo en aproximadamente 100 000 hectáreas en comparación con 10 años atrás. La producción de cacao, por otro lado, ha aumentado de manera continua desde 2014, e incluso batió récords nacionales con 73 000 toneladas producidas en 2024.

Este clima cambiante ha convertido a las tierras de altitud media, que el café dominaba, en ideales para el cacao. Sin embargo, la economía también juega un papel en este cambio, dicen los investigadores. Los precios del cacao han aumentado en el último año y a algunos agricultores les resulta muy difícil administrar los costos del control de más plagas en sus cultivos de café a medida que las temperaturas aumentan.

“Históricamente, se podían encontrar plantaciones de café a 1200 metros”, explica Edilmer Figueroa, agrónomo de Cacao Hunters, compañía colombiana que se especializa en chocolate de alta calidad. “Hoy, esas mismas zonas han pasado a 1500 metros y más, lo que dejó a los productores de café con menos opciones de terreno a más altura. Al mismo tiempo, las tierras de altitud media que el café dominaba se están convirtiendo en ideales para el cacao”.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (International Panel on Climate Change, IPCC) confirmó el análisis de Figueroa y advirtió que, para 2050, hasta el 50 % de la tierra actual donde se planta café podría perderse debido al aumento de temperaturas y las condiciones inadecuadas de cultivo.

El clima y la resiliencia a las plagas del cacao.

El cacao, especie nativa de la Amazonía, se limitaba tradicionalmente a las altitudes bajas y los climas calientes y húmedos. De acuerdo con Figueroa, su resiliencia natural lo hace muy adecuado a los desafíos climáticos actuales, a diferencia del café, que sufre de estrés por calor y mayor actividad de plagas en condiciones de aumento de temperaturas. “El sistema radicular profundo [del cacao] permite que soporte sequías, mientras que su resistencia a determinadas enfermedades reduce la necesidad de uso de productos químicos”, explica.

“El aumento de temperaturas favorece de manera directa amenazas como la roya en las hojas de café y el gorgojo del café”, indica Eliberto Arroyave Cano, agrónomo de la FEDECACAO, en Pereira. “Los productores deben elegir entre aumentar sus gastos para combatir estos problemas o reubicar sus plantaciones, lo que no siempre es posible”.

Uno de los desafíos más significativos del cultivo de café es la roya en las hojas de café (Hemileia vastatrix), una enfermedad fúngica que ha devastado plantaciones en América Latina durante la década pasada. Mientras que el centro de investigación de Colombia, Cenicafé, ha creado variedades resistentes a la roya, el hongo continúa evolucionando. El aumento en las temperaturas también favorece a las pestes como el gorgojo del café (Hypothenemus hampei), que ahora crece bien en altitudes más altas.

Por el contrario, el cacao enfrenta menos amenazas inmediatas en establecimientos agrícolas a pequeña escala. También se puede integrar bien en algunos sistemas existentes de agroforestería que mejoran la biodiversidad y fomentan las prácticas agrícolas sustentables.

“Las plantaciones de cacao a menudo incluyen árboles maderables y árboles frutales como naranjas y mandarinas, que enriquecen el suelo y fomentan la biodiversidad”, explica Eduard Baquero, presidente de la FEDECACAO. “Las hojas caídas crean una capa húmeda que nutre el suelo y fomenta la vida”.

Los costos y beneficios ambientales.

Esta integración natural minimiza la necesidad de utilización de productos químicos y hace que el cacao sea un cultivo más sustentable a nivel ambiental. Los agricultores dicen que, en comparación con el café, el cacao depende más de polinizadores sensibles naturales y así se limita el uso de la fumigación. Con el café, la fumigación se usa de manera amplia para controlar pestes como el gorgojo del café.

“El cacao no puede depender [solo] de la fumigación porque su polinización también depende de una mosca diminuta, la Forcipomyia”, dice Arroyave Cano, y agrega que la fumigación tiene un efecto negativo en la mosca. Como resultado, los agricultores usan técnicas de poda para mantener la salud de las plantas, controlar las pestes y manejar enfermedades, para así asegurar un enfoque más equilibrado a nivel ecológico del cultivo.

“Una manera de cuidar el cacao es con tijeras de podar. Cortas la fruta, la rama o el tronco, según la enfermedad”, explica Quintero Gonzales, mientras inspecciona sus tijeras.

Una excepción común del uso de pesticidas para dicha agricultura a pequeña escala es en caso de la llamada hormiga arriera roja o la hormiga cortadora de hojas (Atta cephalotes), que come las hojas del árbol. “Pero este es un uso selectivo del pesticida”, dice Figueroa.

La mayoría de las enfermedades requieren métodos alternativos. Las infecciones fúngicas como la monilia, que atacan la fruta, y plagas como el Xyleborus, un género de escarabajo que infesta el tronco y las ramas, no se pueden manejar de manera efectiva con tratamientos con productos químicos sin dañar la planta o afectar la cosecha.

Para combatir estas amenazas, la FEDECACAO fomenta el monitoreo de árboles semanalmente, lo que permite a los agricultores detectar infestaciones de forma temprana y sacar las partes infectadas antes de que se diseminen.

Figueroa afirma que la agricultura de cacao impulsada por la tecnología usa fertilizantes químicos sintéticos, como la urea, el nitrógeno amoniacal y el azufre para compensar la extracción de nutrientes del suelo. Estos fertilizantes se usan de acuerdo al tipo de suelo y siguiendo las directrices de un ingeniero agrónomo para favorecer el mayor desarrollo de la planta.

Figueroa agrega que el riesgo real se presenta cuando las personas comienzan a cultivar cacao sin un entendimiento adecuado de sus requisitos agrícolas, como el tipo adecuado de fertilizante basado en la composición del suelo o el espaciado óptimo entre árboles para garantizar un crecimiento sano.

“Con el aumento de precios del cacao que impulsa un enfoque lucrativo, algunos pueden tentarse a talar bosques para expandir las plantaciones, lo que podría llevar a la degradación ambiental. Otros están usando fertilizantes inadecuados para el suelo que tienen, que, en el mejor de los casos, serían ineficientes, pero también podrían contribuir a la degradación del suelo”, afirma. Además, los avances agrónomos como el injerto de clones están ayudando al cacao a mejorar tanto sus réditos como su resistencia a enfermedades.

“En general usamos las raíces de una especie híbrida de cacao llamada caucasia 37 o 39 como rizoma para híbridos como FEAR 5 o San Vicente 41”, explica Quintero Gonzales en el centro experimental para la FEDECACAO ubicado en las montañas de Risaralda. “Se valora a estos híbridos por su calidad y productividad de frutas superiores. Una vez que el rizoma madura, hacemos la propagación por esquejes, lo que garantiza que estos híbridos produzcan fruta de alta calidad mientras se benefician de un sistema de raíces fuerte y resiliente”.

-

Plantas jóvenes de cacao crecen bajo la sombra de nogales y bananeros. Foto: © Víctor Raison.

Como resultado, el cultivo de cacao se está expandiendo ahora a altitudes intermedias de entre 800 y 1200 metros e incluso mayores en algunas regiones, lo que marca un cambio significativo en el paisaje agrícola de Colombia.

“A diferencia del café, el cacao continúa encontrando zonas nuevas adecuadas para el cultivo”, afirma Figueroa. “Cada año, más tierras pasan a estar disponibles para el cacao. No se está reubicando, se está expandiendo”.

¿Una alternativa rentable?

El cacao terminó 2024 con un auge histórico, con precios que llegaban a 12 900 dólares por tonelada —un aumento extraordinario de 180 % en comparación con el año anterior—. A este pico lo impulsó el aumento de la demanda mundial y los desafíos relacionados con el clima en países que son grandes productores de cacao, como Costa de Marfil y Ghana, cuya producción cayó a mínimos históricos.

“No puedo recordar una época en la que los precios del cacao fueran más altos que los del café”, afirma Figueroa.

Los precios del café colombiano también llegaron a máximos históricos. La Bolsa de Valores de Nueva York registró que los precios aumentaron a 3,20 dólares por libra para fines de 2024, el nivel más alto desde 1977, con un máximo de 3,56 dólares el 27 de enero de 2025. Este aumento se debió principalmente a un punto muerto diplomático entre Estados Unidos y Colombia en relación con los aranceles de importación propuestos.

Sin embargo, los economistas advierten que este año excepcional para el café no indica una tendencia sostenible. La producción récord de Colombia fue principalmente el resultado de una sequía extrema en Brasil, el productor principal de café del mundo, que tuvo su peor sequía en 70 años.

-

Orlando Quintero inspecciona el secado de granos de cacao. Foto: © Víctor Raison

A pesar de estos beneficios a corto plazo, los riesgos relacionados con el clima continúan amenazando la viabilidad a largo plazo del cultivo de café, lo que lleva a muchos agricultores a considerar alternativas como el cacao.

El precio del cacao sigue siendo el factor clave para los productores. El cambio récord en el mercado en 2024 ha fortalecido la posición de Colombia en la industria del cacao, lo que reforzó su rol como un proveedor emergente de granos de alta calidad y atrajo productores nuevos para cambiar sus cultivos a cacao.

“A nivel mundial, alrededor del 95 % de la producción de cacao se clasifica como cacao estándar, mientras que solo alrededor del 5 % se considera cacao fino o de aroma —y en esa categoría también entra el cacao colombiano—. El anteaño, Colombia exportó cerca de un equivalente de 130 millones de dólares en cacao. El año pasado, mientras todavía estábamos esperando las cifras finales, según las proyecciones, probablemente superamos 200 millones de dólares en exportaciones, un récord histórico”, sostiene Baquero.

Para Claudia Giraldo y John Freddy, dueños de un establecimiento agrícola, Los Limones, en Risaralda, los costos altos de producción fueron un factor clave en su decisión para pasar de café a cacao.

“El café requiere muchos productos químicos para combatir pestes como el gorgojo del café y las cosechas exigen mano de obra que no podemos costear”, explica Freddy.

A diferencia del café, que se debe cosechar cuando más maduro está, las vainas de cacao pueden quedarse en el árbol por hasta un mes sin perjudicar la cosecha. Esta flexibilidad es fundamental en zonas en donde la escasez de trabajo estacional afecta los ciclos de las cosechas.

Algunos agricultores a pequeña escala que tenían cultivos de aguacate también están aumentando la cantidad de cacao que cultivan. Euperfadis Cardenas Vargas, quien administra la Finca Villa María de 18 hectáreas en las montañas de Risaralda, comenta que está considerando cambiar de forma gradual sus 16 hectáreas y aumentar sus cultivos de cacao.

“El manejo del aguacate es mucho más costoso debido a la gran cantidad de productos químicos que requiere. El cacao, por otro lado, es mucho más autosuficiente. Solo necesitas monitorearlo e incluso si aparece una peste o enfermedad, no arruinará la cosecha entera”, afirma.

El café sigue siendo el producto agrícola más importante de Colombia y seguirá siéndolo durante mucho tiempo, sostiene Baquero. Sin embargo, a medida que los productores de café a pequeña escala enfrenten presiones climáticas cada vez mayores, indica que “el cacao está emergiendo no solo como una alternativa, sino como un cultivo definitorio en el futuro agrícola en evolución de Colombia”.

Por: Víctor Raison.

Sitio Fuente: Mongabay