El contacto con congéneres muertos asusta hasta a los gusanos
CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA / CONDUCTA ANIMAL / PSICOLOGÍA.
La mera presencia de un congénere muerto provoca fuertes reacciones en los individuos vivos de infinidad de especies.
Por ejemplo, muchos insectos, como las hormigas y las abejas, retiran instintivamente del hormiguero o la colmena a sus compañeros muertos, aparentemente para mantener su hogar libre de posibles patógenos. Un nuevo estudio revela una aversión similar hacia los congéneres muertos en el gusano nematodo Caenorhabditis elegans.
Recreación artística de gusanos C. elegans vivos huyendo de congéneres fallecidos. Ilustración: Justine Ross / Michigan Medicine
El estudio lo ha realizado un equipo encabezado por Mirella Hernandez-Lima, de la Universidad de Michigan en la ciudad estadounidense de Ann Arbor.
Hernandez-Lima y sus colegas han descubierto que la presencia cercana de miembros muertos de su especie tiene profundos efectos en el comportamiento de los individuos vivos de Caenorhabditis elegans.
Los gusanos de esta especie, debido a su corta esperanza de vida, constituyen un modelo ideal para estudiar la vida y su prolongación.
La realización del nuevo estudio se planteó a raíz de la observación de que los gusanos en una caja de Petri se alejaban lo más posible de sus congéneres fallecidos.
El equipo se preguntó cómo esos gusanos, que carecen de ojos, captaban el estado de muerte en sus compañeros de caja y si podría existir una señal universal de muerte emitida por los cadáveres.
Para comprobarlo, introdujeron cadáveres de gusanos, o fluido de las células descompuestas de los cadáveres de gusanos, en diferentes zonas de alimentación de una caja de Petri.
Observaron que los C. elegans mostraban un fuerte comportamiento de evitación ante ambas cosas.
Luego, analizaron sistemáticamente las neuronas sensoriales de los gusanos para determinar cuáles eran necesarias para la percepción de la señal de muerte.
Encontraron dos neuronas que responden a la información olfativa, AWB y ASH; eso reveló que, en esencia, esos gusanos pueden oler la muerte.
En concreto, el equipo identificó, como las señales de muerte para el C. elegans, a dos metabolitos, AMP e histidina, que normalmente se encuentran dentro de las células.
La presencia de esos metabolitos celulares donde no deberían estar podría muy bien funcionar como una señal de aviso de riesgo mortal conservada a lo largo de la historia evolutiva.
El estudio se titula “Modulation of C. elegans behavior, fitness, and lifespan by AWB/ASH-dependent death perception”. Y se ha publicado en la revista académica Current Biology.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings