El poder transformador de reimaginar una ciudad: distritotec
MIT: HABLA EL MERCADO. Tiempo de lectura: 8 minutos.
Convertir conceptos ambiciosos de urbanismo sostenible en realidades tangibles e integrarlos en una ciudad local y funcional conlleva desafíos complejos.
Afortunadamente, las universidades globales —por su capacidad de innovación, visión de largo plazo y colaboración multicultural— cuentan con las condiciones ideales para liderar estos esfuerzos.
En 2024, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) reconoció a tres ciudades por sus iniciativas de vanguardia a nivel mundial: Bristol (Reino Unido), Pittsburgh (Estados Unidos) y Monterrey (México).
Cada una de ellas, a través de diferentes enfoques, ha demostrado cómo se puede aprovechar el poder de la colaboración público-privada para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, proteger el medio ambiente y fomentar un crecimiento económico inclusivo. Esta fue la primera vez que México recibió un reconocimiento de este tipo, otorgado durante la Cumbre de Transformación Urbana del WEF en San Francisco, en 2024, por un proyecto de regeneración urbana llamado distritotec, liderado por el Tecnológico de Monterrey (TEC), una de las universidades más destacadas de América Latina.
Hoy, distritotec es un distrito vibrante en el que viven más de 30,000 personas.
El origen de distritotec.
Este proyecto nació de la necesidad de atender el aumento de la inseguridad, la disminución de la población, el estancamiento económico y las limitadas oportunidades de desarrollo en las comunidades aledañas a la universidad.
Entre 1980 y el año 2000, Monterrey —la segunda zona metropolitana más grande de México— experimentó una rápida expansión urbana basada en un modelo de desarrollo centrado en el automóvil. La población se duplicó, pero la densidad urbana disminuyó un 75%, a medida que los habitantes se trasladaban a las periferias y dependían del uso de vehículos particulares, según los datos presentados por el TEC en la postulación a los premio Prize for Cities. La ciudad se volvió congestionada y la contaminación del aire alcanzó niveles peligrosos. La calidad de vida de muchas personas se deterioró considerablemente.
Al mismo tiempo, el norte de México se convirtió en un foco del conflicto vinculado a la guerra contra el narcotráfico. A inicios de la década del 2000, el tejido social de Monterrey comenzaba a deteriorarse. Las calles, antes llenas de actividad, se tornaron desiertas debido al aumento en los niveles de inseguridad. Muchas personas, empresas e instituciones comenzaron a considerar mudarse a zonas más seguras dentro de la ciudad.
Abandonar su ubicación histórica habría significado para el TEC perder parte de su identidad y legado. También habría fracturado la vida de estudiantes, profesores y comunidades vecinas.
Convencidos de que existía otra manera, nos propusimos reimaginar nuestro entorno. En 2010, iniciamos un trabajo conjunto con vecinos, líderes empresariales y autoridades gubernamentales para transformar el paisaje urbano.
Un equipo inicial de la universidad analizó casos de transformación urbana liderados por universidades, así como aquellos realizados en contextos de violencia. Para 2013, un equipo de tiempo completo desarrolló un plan maestro para la evolución del campus y de los 24 barrios circundantes, concebidos como parte de un distrito unificado. Y para 2014, distritotec fue presentado oficialmente.
Impacto humano y ambiental.
En 2018, el Consejo Vecinal de distritotec obtuvo reconocimiento formal bajo la Ley Municipal de Participación Ciudadana. Un año después, el gobierno municipal aprobó el fideicomiso público de distritotec, lo cual permitió reinvertir una parte de los ingresos públicos en infraestructura y espacios públicos.
Durante una década, distritotec ha atraído 18.000 millones de pesos (unos 830 millones de euros) en inversión privada y 133 millones de pesos (unos 15 millones de euros) en mejoras del espacio público en sus 24 colonias. Como resultado, la zona ha experimentado un aumento del 56% en la población, un incremento del 26% en viviendas nuevas, una reducción del 69% en viviendas deshabitadas y un aumento del 40% en unidades económicas registradas, según datos reportados por el TEC en 2023.
Las acciones ambientales han incluido la siembra de más de 1.500 árboles nativos y la adopción de fuentes de energía renovable para reducir las emisiones de CO₂. Las mejoras urbanas han abarcado más de 19.200 metros cuadrados de espacios públicos renovados, incluyendo parques y zonas peatonales.
Quizá lo más significativo ha sido el cambio en la percepción ciudadana sobre la seguridad. En 2017, el 43% de las personas encuestadas señalaban la inseguridad como el principal problema del área; esta cifra disminuyó a 33% ese mismo año y descendió a solo 16% en 2021, según datos de la consultora Riskop.
Entre los residentes se encuentra Laura Rodríguez, quien regresó al distrito en 2019 tras haberse mudado por motivos de seguridad. “Es increíble ver la transformación”, comenta. “Mis hijos pueden caminar a la escuela y tenemos parques donde nos sentimos seguros. Volvimos a sentir que este lugar es nuestro hogar”.
¿Qué sigue para distritotec?
Diez años después de su concepción, distritotec se enfoca ahora en la innovación y en prepararse para los retos del futuro. En 2024, se lanzó el Distrito de Innovación Monterrey, una iniciativa que busca aprovechar el talento de emprendedores, investigadores y start-ups para enfrentar los desafíos más urgentes de la ciudad.
Estos distritos de innovación funcionan como catalizadores para la transferencia de conocimiento, creando espacios donde la academia, la industria y el emprendimiento convergen. Las universidades no solo promueven el intercambio de ideas, sino que también actúan como centros de investigación aplicada, donde los descubrimientos científicos se traducen rápidamente en soluciones reales. Al reunir a una diversidad de actores, estos ecosistemas permiten acelerar la comercialización de innovaciones y el desarrollo de tecnologías y políticas urbanas más inclusivas, para atender necesidades sociales urgentes.
La meta es ambiciosa: aumentar el número de start-ups científicas y tecnológicas en la zona de 200 a 600, y generar 16,000 empleos intensivos en conocimiento.
Con la finalidad de lograr esta meta, en diciembre de 2024, se inauguró EXPEDITION FEMSA, el edificio insignia del Distrito de Innovación Monterrey. Diseñado para impulsar la investigación aplicada en salud, sostenibilidad y educación, alberga a más de 300 investigadores y 32 iniciativas activas, incluyendo tres institutos de investigación interdisciplinaria.
Tras la apertura de EXPEDITION FEMSA como catalizador de investigación aplicada, en febrero de 2025 celebramos la colocación de la primera piedra del HUB de Innovación y Emprendimiento Eduardo Garza T. En este nuevo espacio nos enfocaremos en el desarrollo de start-ups basadas en ciencia y tecnología. Este espacio aspira a convertirse en un hub que conecte a los actores más relevantes del ecosistema de innovación y emprendimiento en Monterrey y en México.
La historia de distritotec nos recuerda que diseñar una ciudad requiere escuchar a las personas que la habitan, recuperar el espacio público como lugar de encuentro y confiar en la colaboración como motor de transformación. El marco vivo de innovación y evolución está profundamente enraizado en distritotec. Saber que los mayores impactos de este proyecto aún están por venir es lo que lo hace tan especial.
¿Qué pueden aprender otras ciudades del camino de distritotec? La respuesta está en el poder de la colaboración, en una visión compartida y en la convicción de que, a través de la educación, el cambio siempre es posible.
Mario Adrián Flores Castro es vicepresidente de la región Monterrey y director general del Campus Monterrey
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Por: Redacción.
Sitio Fuente: MIT Technology Review