Cuatro razones por las que debe prestarse atención a la gripe aviar
FAO.
Comprenda los riesgos y sepa cómo ayuda la FAO a mitigarlos.
Si pensaba que solo representaba un problema para las aves, se equivoca.
Siempre ha habido una relación entre los seres humanos y los animales. Los animales nos proporcionan recursos esenciales como alimentos, ropa, transporte y medios de vida, así como compañía, y además contribuyen a la salud de los ecosistemas. Con el crecimiento de la población, la urbanización y el aumento de la producción ganadera mundial, ahora compartimos más espacios que nunca.
Por eso la sanidad animal es un factor decisivo: su bienestar afecta directamente al nuestro.
Hacer un seguimiento de la sanidad animal y de los brotes de enfermedades ayuda a salvar vidas, previene pérdidas económicas y detiene la propagación de enfermedades, ya sean epidemias (enfermedades que se propagan en una región geográfica concreta) o pandemias (enfermedades que se propagan por todo el mundo). La gripe aviar representa una grave amenaza tanto para la salud humana como para la sanidad animal.
He aquí cuatro aspectos que debe conocer sobre la gripe aviar y la labor que realiza la FAO para proteger a los animales y a los seres humanos:
1. Es transfronteriza y zoonótica, y afecta a animales salvajes, animales domésticos y seres humanos.
La gripe o influenza aviar está causada por el virus de la gripe A. Como su nombre indica, afecta sobre todo a las aves silvestres y domésticas.
El actual brote mundial de gripe aviar altamente patógena H5N1 es especialmente contagioso y su tasa de mortalidad entre las aves de corral es elevada. El virus también se ha detectado en vacunos lecheros, zorros, focas, pumas e incluso en animales domésticos, lo que suscita preocupación debido a su propagación entre especies y su riesgo para la salud humana.
Este brote, que comenzó a finales de 2020, está provocando la pérdida de especies de aves silvestres raras e importantes, así como de aves de corral, lo que repercute en la seguridad alimentaria y en las cadenas mundiales de suministro de alimentos, y ello a su vez provoca, por ejemplo, la escasez de huevos.
En el caso del ganado vacuno, la gripe aviar puede mermar la producción de leche y, si bien son poco frecuentes, se han registrado casos de infección entre trabajadores del sector lácteo.
La FAO ha realizado un seguimiento de los riesgos de la gripe aviar mediante evaluaciones conjuntas con sus asociados y actualizaciones mensuales de la situación, con el fin de velar por que todos los países dispongan de orientaciones con fundamento científico que les ayuden a hacer frente a la evolución del riesgo.
Desde el inicio del brote, se han adoptado medidas de control como cuarentenas, restricciones a la circulación, aumento de la vigilancia y sacrificio de los animales infectados para mitigar la propagación y sus repercusiones. Izquierda/arriba: © FAO/Giulio Napolitano. Abajo/derecha: © FAO/A.K. Kimoto.
2. Está mutando.
El virus de la gripe aviar es un virus ARN, lo que significa que muta y evoluciona a gran velocidad. Surgen nuevas cepas constantemente, lo que aumenta su capacidad de adaptación a los mamíferos. Según la Organización Mundial de Sanidad Animal, los brotes de gripe aviar en mamíferos se duplicaron con creces el año pasado en comparación con 2023, lo que incrementa el riesgo de una mayor propagación y transmisión humana.
En el pasado, algunas de estas cepas se propagaron a los humanos con resultados mortales. Por ejemplo, la pandemia de gripe española de 1918 se produjo por una cepa H1N1 de origen aviar que infectó a 500 millones de personas en todo el mundo.
3. Está en todas partes.
Desde que el virus H5N1 apareció por primera vez en Asia en 1996, se han producido varios brotes de gripe aviar en todo el mundo. Si bien es cierto que la migración de aves silvestres a grandes distancias ha facilitado notablemente su propagación transfronteriza, las malas prácticas en la avicultura siguen siendo un factor de riesgo decisivo para la introducción y propagación de los virus.
En la actualidad, se han registrado brotes de H5N1 en África, América, Asia y Europa; el virus ha llegado incluso hasta la Antártida y ha afectado a la fauna salvaje de ese continente. Desde octubre de 2022, se han registrado más de 3 400 brotes por todo el mundo. El resultado: cuarentenas, restricciones a la circulación, aumento de la vigilancia y sacrificio de los animales infectados. Estas perturbaciones en la industria avícola afectan a los precios de los alimentos y a la disponibilidad de proteína de origen animal en muchos países.
Además de realizar el seguimiento, la FAO recopila y difunde información sobre la gripe aviar, entre otras enfermedades, a través de su Sistema mundial de información sobre enfermedades animales, EMPRES-i, que también ayuda a los gobiernos y las instancias decisorias a controlar y analizar los virus de la gripe aviar altamente patógena que se detectan en todo el mundo. La FAO también proporciona información actualizada sobre la situación mundial del virus de la gripe aviar con potencial zoonótico a fin de aumentar la información a escala mundial sobre enfermedades y recopilar información de los países y para ellos.
La FAO colabora con organizaciones y países en la lucha contra los brotes de enfermedades animales a través de la prevención, la detección temprana y la respuesta impartiendo cursos de capacitación a veterinarios sobre el terreno y técnicos de laboratorio. © FAO/Giulio Napolitano
4. Se necesita una respuesta global y coordinada.
La salud de los animales, los seres humanos, las plantas y el medio ambiente está interrelacionada y es interdependiente.
Por este motivo, la FAO colabora con la Organización Mundial de Sanidad Animal, la Organización Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y las autoridades nacionales y regionales en la prevención, detección y respuesta ante los brotes de enfermedades animales. Esta labor incluye la capacitación de veterinarios sobre el terreno y técnicos de laboratorio con el fin de que puedan detectar y diagnosticar rápidamente la enfermedad.
Combatir el brote allí donde se produce puede ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad a las explotaciones agrícolas vecinas, a otros animales y a los seres humanos —también a través de las fronteras— y evitar una reacción en cadena que provoque pérdidas económicas, inseguridad alimentaria y el aumento de los precios en el futuro.
A medida que el virus sigue propagándose por el mundo, es fundamental invertir en el seguimiento, la detección temprana y la capacidad de respuesta para evitar más pérdidas y repercusiones aún mayores en nuestras economías, medios de vida y bienestar.
Sitio Fuente: FAO