¿Está aumentando o disminuyendo la diversidad genética humana?
CIENCIAS DE LA VIDA.
El mundo está cada vez más interconectado, es un lugar donde las distancias se acortan y las poblaciones se mezclan a un ritmo sin precedentes, así que no es de extrañar que surja una pregunta clave para la biología evolutiva y la genética moderna:
¿la diversidad genética humana está aumentando o reduciéndose? La respuesta no es sencilla, pero la ciencia ofrece una visión matizada que combina factores históricos, sociales y biológicos.
¿Qué es la diversidad genética y por qué importa?
La diversidad genética se refiere a la variación de genes dentro de una especie. En los humanos, esta variabilidad es esencial para la adaptabilidad, la resistencia a enfermedades y la evolución a largo plazo. Cuanta más diversidad genética existe en una población, mayores son las posibilidades de que algunos individuos sobrevivan ante cambios ambientales, pandemias u otras amenazas.
Panorama histórico: una diversidad marcada por migraciones.
La diversidad genética humana ha sido moldeada por millones de años de evolución. Hace unos 200.000 años, los humanos modernos (Homo sapiens) surgieron en África, y desde allí comenzaron una serie de migraciones que expandieron nuestra especie por todo el planeta. Cada migración conllevó una "muestra" genética reducida de la población original, un fenómeno conocido como efecto fundador, que causó una pérdida parcial de diversidad genética en las nuevas poblaciones.
Sin embargo, con el tiempo y la mezcla entre grupos humanos, parte de esta diversidad fue recuperándose. Los análisis genómicos actuales muestran que la mayor diversidad genética sigue estando en África, mientras que las poblaciones fuera del continente muestran un subconjunto de esa variación original.
El impacto de la globalización: ¿más mezcla, más diversidad?.
En las últimas décadas, el mundo ha experimentado una intensificación sin precedentes de la globalización. Las migraciones, los matrimonios interculturales y el mestizaje han aumentado notablemente. Esto podría sugerir que la diversidad genética está creciendo, al menos a nivel local y en grandes centros urbanos donde confluyen personas de múltiples orígenes.
Estudios recientes respaldan esta idea. Por ejemplo, un análisis publicado en Nature Communications mostró que las poblaciones actuales tienden a estar menos aisladas genéticamente que en siglos pasados. En otras palabras, estamos compartiendo más genes que antes.
Pero ¿qué pasa a nivel global?.
Aquí entra un matiz importante. Aunque localmente la diversidad puede estar aumentando gracias a la mezcla entre poblaciones, a nivel global podría estar reduciéndose la diferenciación genética entre grupos humanos. Es decir, las diferencias regionales que existían hace siglos están disminuyendo. Este proceso se conoce como homogeneización genética.
Además, la globalización también puede tener efectos negativos: ciertos genes o variantes genéticas raras podrían perderse en el proceso, especialmente si poblaciones pequeñas desaparecen o se integran completamente en otras más grandes. La pérdida de lenguas y culturas minoritarias suele ir de la mano con la pérdida de linajes genéticos únicos.
¿Qué dicen los expertos?
Según el Dr. David Reich, genetista de la Universidad de Harvard, “nos estamos moviendo hacia una población humana cada vez más mezclada, lo que implica una redistribución de la diversidad, no necesariamente una pérdida o ganancia neta”. En este sentido, la diversidad genética no desaparece, sino que cambia de forma y de distribución.
Otros investigadores señalan que la diversidad dentro de individuos podría estar aumentando (al tener progenitores de orígenes más diversos), mientras que la diversidad entre poblaciones se reduce.
En resumen, la diversidad genética humana no está ni simplemente aumentando ni disminuyendo, sino que está transformándose. La globalización, la migración y la mezcla genética están creando poblaciones más heterogéneas a nivel individual, pero también más similares entre sí a nivel global. Este proceso plantea desafíos y oportunidades tanto para la medicina como para la conservación de la diversidad humana.
Entender esta transformación es clave para abordar problemas de salud pública, estudiar la evolución humana y preservar el patrimonio genético de nuestra especie en un planeta cada vez más interconectado.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings