Causas principales de los nacimientos prematuros

CIENCIAS DE LA SALUD / GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA.-

Los nacimientos prematuros —aquellos que ocurren antes de la semana 37 de gestación— afectan cada año a aproximadamente 15 millones de bebés en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Aunque la medicina ha avanzado significativamente en el cuidado neonatal, las causas exactas de un parto prematuro siguen siendo un reto complejo para la ciencia.

¿Qué causa un nacimiento prematuro?

El parto prematuro es un fenómeno multifactorial. No suele haber una sola causa, sino una combinación de condiciones médicas, factores ambientales y circunstancias individuales. Entre las causas más frecuentes identificadas por la comunidad científica se encuentran:

1. Infecciones maternas.

Infecciones del tracto urinario, vaginales o incluso bucales (como la periodontitis) pueden provocar una respuesta inflamatoria que desencadena contracciones uterinas antes de tiempo. El sistema inmunológico reacciona de forma intensa, liberando prostaglandinas que pueden inducir el parto prematuro.

2. Problemas en el útero, el cuello uterino o la placenta.

Malformaciones uterinas, cuello uterino incompetente (que se dilata demasiado pronto) o complicaciones con la placenta (como desprendimiento prematuro o placenta previa) son causas anatómicas y funcionales bien documentadas.

3. Embarazos múltiples.

Los embarazos gemelares, triples o más presentan un riesgo elevado de parto prematuro debido al mayor estrés físico sobre el útero y a un incremento en las probabilidades de complicaciones obstétricas.

4. Condiciones médicas preexistentes.

Hipertensión, diabetes, enfermedades autoinmunes o problemas renales pueden afectar negativamente el desarrollo del embarazo y generar un entorno intrauterino desfavorable que precipite el parto antes de tiempo.

5. Factores relacionados con el estilo de vida.

Fumar, consumir alcohol o drogas, sufrir desnutrición o estar expuesta a altos niveles de estrés físico o emocional se asocian con un aumento del riesgo de parto prematuro. También influye la edad materna: tanto las madres adolescentes como las mayores de 35 años tienen una probabilidad más alta.

El papel de la genética y la epigenética.

Estudios recientes han demostrado que la predisposición genética puede influir en el riesgo de parto prematuro. Mutaciones o variaciones en genes relacionados con la respuesta inflamatoria, la elasticidad del cuello uterino o la producción hormonal podrían estar implicadas. La epigenética —la forma en que el entorno modifica la expresión de los genes sin cambiar el ADN— también está emergiendo como un campo clave para entender por qué algunas mujeres, incluso sin factores de riesgo aparentes, tienen partos prematuros.

Nuevas líneas de investigación.

Científicos de todo el mundo están investigando marcadores biológicos en sangre y fluidos vaginales que puedan predecir un parto prematuro semanas antes de que ocurra. También se exploran tratamientos con progesterona, intervenciones quirúrgicas preventivas como el cerclaje cervical y enfoques innovadores con inteligencia artificial para predecir riesgos a partir de historiales médicos electrónicos.

Además, estudios con microbiota vaginal revelan que el equilibrio bacteriano en el tracto reproductor femenino puede influir en la inflamación uterina. Un microbioma alterado podría actuar como desencadenante.

Prevención y cuidados.

La prevención comienza con una atención prenatal adecuada. Detectar precozmente infecciones, controlar enfermedades crónicas, llevar una nutrición adecuada y evitar sustancias nocivas son pasos fundamentales. En embarazos de alto riesgo, los obstetras pueden optar por estrategias específicas para prolongar la gestación lo máximo posible.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings