Ignacio Morgado: “La consciencia es el gran sintetizador de información del cerebro"
ENTREVISTA.
El catedrático defiende que este estado mental potencia la creatividad de los seres superiores y que aún desconocemos su naturaleza más íntima, tanto en humanos como en posibles inteligencias artificiales futuras.
Ignacio Morgado, autor de "El espejo de la imaginación"- / Foto gentileza del autor.
El cerebro humano puede no haber evolucionado lo suficiente para entender la íntima naturaleza de la consciencia, explica en la siguiente entrevista el catedrático Ignacio Morgado. Sostiene que la consciencia constituye la sofisticada síntesis evolutiva con la que el cerebro humano amplía su capacidad creativa y adaptativa, y no descarta la posibilidad de que un dispositivo artificial consciente pudiera desarrollar en el futuro un sentido del yo, de sentirse alguien.
Ignacio Morgado, catedrático emérito de Psicobiología y miembro numerario de la Academia de Psicología de España, se ha consolidado como una de las voces más autorizadas en el estudio de la mente humana. Ha publicado un centenar de artículos científicos sobre psicobiología y neurociencia cognitiva, en revistas nacionales e internacionales. En su nuevo libro, El espejo de la imaginación (Ariel 2025), propone que la consciencia es el sofisticado mecanismo de retroalimentación que la evolución ha desarrollado para dotar al cerebro de flexibilidad adaptativa. Defiende que, lejos de ser un fenómeno causal independiente, la consciencia constituye el complemento biológico que da sentido y eficacia a la inteligencia.
A lo largo de esta entrevista, Morgado aborda cuestiones como el paralelismo entre la dualidad onda-partícula y la naturaleza dual de la consciencia; la posibilidad de una mente artificial verdaderamente consciente; los límites evolutivos y epistemológicos para comprender la experiencia subjetiva; y la interacción entre atención, sueño y creatividad.
Principales revelaciones de la entrevista con Ignacio Morgado.
- Hallazgo principal: La consciencia humana actúa como un sintetizador de información, optimizando la creatividad y la adaptabilidad en los seres superiores.
- Metodología: Morgado basa sus propuestas en décadas de investigación neurocientífica, integrando hallazgos sobre memoria, imaginación, atención y autoconsciencia desde la psicobiología experimental y la neurofilosofía.
- Resultado destacado: El cerebro consciente proporciona flexibilidad conductual única, permitiendo simular y anticipar escenarios futuros, pero podría estar limitado evolutivamente para comprender todo el alcance de la consciencia.
- Implicación social y científica: Admitir el posible límite del cerebro humano abre el debate sobre la comprensión última de la mente y la posibilidad de desarrollar dispositivos artificiales con sentido propio de identidad y consciencia auténtica.
- Propuesta de futuro: Morgado sugiere que, para que la inteligencia artificial alcance una consciencia real, debe incorporar competencias de autopercepción y creatividad, equilibrando procesamiento lógico y experiencia subjetiva.
- Debate clave: El entrevistado invita a repensar la consciencia y la imaginación desde una perspectiva más integradora, analógica y evolutiva, incorporando la dualidad y las nuevas fronteras biológicas y digitales.
Cárcel sin muros.
En tu libro defines la consciencia como “lo más familiar y a la vez lo más misterioso” de la mente humana. ¿Por qué consideras que la consciencia puede ser vista, paradójicamente, como una especie de “cárcel sin muros” y espejo para la imaginación?
Son dos cosas diferentes. La consciencia es como una cárcel sin muros porque, aunque no nos lo parezca, no podemos salir de ella, es decir, no podemos conocer más de lo que la mente consciente nos permite. Más allá de esa mente no sabemos lo que puede haber, si es que hay algo. Por otro lado, la consciencia es como un espejo o pantalla en la que la mente puede apreciar continuamente los detalles de sus contenidos para responder con precisión a ellos, es decir, para conseguir el mejor ajuste posible del comportamiento a los cambios que tienen lugar en el entorno y el mundo en el que vive cada persona.
¿Podrías explicar cómo distingues entre los procesos conscientes y los inconscientes de la mente? ¿Qué papel específico juega la imaginación y hasta qué punto puede ser involuntaria o inconsciente?
Son dos estados diferentes y cada uno de ellos con grados también diferentes de profundidad. La consciencia es el estado que nos permite darnos cuenta de las cosas que pasan y de nuestras percepciones y pensamientos. Es el estado que perdemos cuando dormimos sin soñar o cuando nos anestesian en un quirófano. La inconsciencia, por su parte, es el estado que le permite al cerebro y sus neuronas seguir procesando información sin que nos demos cuenta. Es el trabajo que realiza el cerebro para ordenar y controlar funciones automáticas del organismo, como la digestión, el caminar o el formar memorias consistentes, que no requieren consciencia, pero son muy necesarios para la supervivencia.
A la luz de las teorías actuales, planteas que la consciencia es un fenómeno biológico, fruto de la evolución y la selección natural, pero que no actúa como agente causal independiente. ¿Qué implicaciones tiene este marco para entender la creatividad y la experiencia subjetiva?
La consciencia no es algo sobrenatural que nos controla. No hay dualismo en mi explicación. Es un estado que crea el propio cerebro y que contribuye necesariamente a la capacidad creativa de los seres superiores. La experiencia subjetiva son los qualia, es decir, los contenidos de la consciencia.
¿Limite evolutivo?
Uno de los grandes retos que abordas es el llamado “hard problem”: el salto entre los procesos materiales del cerebro y la emergencia de la experiencia consciente. ¿Crees que existe algún límite evolutivo o conceptual en la capacidad humana para descifrar ese misterio?
Ese límite puede existir, y la principal prueba es que no somos capaces de idear ni siquiera una hipótesis sobre la naturaleza de la consciencia, sobre lo que es la consciencia más allá de un estado de la mente. El cerebro humano puede no haber evolucionado lo suficiente para entender la íntima naturaleza de la consciencia.
En tu obra comparas la consciencia con otros fenómenos complejos. ¿Te parece pertinente explorar algún paralelismo entre la dualidad onda-partícula de la física cuántica y la forma en que la consciencia se manifiesta en la mente humana? ¿Puede la consciencia tener propiedades duales, según cómo la observamos o analizamos?
Hay intentos de explicación de la consciencia como un fenómeno cuántico, radicado en la intimidad de la materia y sus átomos, pero tampoco son teorías concluyentes que superen lo que podría ser la propia emergencia del fenómeno consciente.
Muchos investigadores sugieren que la consciencia podría ser un fenómeno natural y no exclusivamente biológico, abriendo la puerta a formas de consciencia artificial. ¿Crees posible que sistemas no biológicos, como la inteligencia artificial avanzada, puedan alcanzar una auténtica consciencia? ¿Qué factores esenciales marcarían la diferencia entre una mente consciente y un procesador avanzado de información?
Las principales teorías que hoy tenemos sobre cómo el cerebro hace posible la consciencia sostienen, con sus matices, que, si consiguiéramos construir un dispositivo artificial tan complejo como el cerebro de los animales conscientes, ese dispositivo podría ser automáticamente consciente, es decir, que la consciencia, aunque no sepamos cómo, podría ser una propiedad emergente de los sistemas complejos, biológicos o no biológicos, pero está por demostrar. Más allá de eso y especulando sobre ello, habría que pensar en la posibilidad de que un dispositivo artificial consciente pudiera desarrollar un sentido del yo, de sentirse alguien él mismo y de ese modo tener también un sentido de agencia, de poder influir y modificar su entorno a voluntad, pero eso ya roza la ciencia ficción.
Ignacio Morgado: "Podemos ser conscientes sin prestar atención a nada en particular". / Gentileza del autor.
Importancia del inconsciente.
Analizas el papel de la autoconsciencia y la capacidad de imaginar nuestro propio pensamiento. ¿Cuáles crees que son los mecanismos cerebrales más relevantes que sustentan esa capacidad tan humana?
No lo sabemos. Solo se ha sugerido que la misteriosa corteza insular, sumergida en el espesor del lóbulo temporal del cerebro, pudiera participar en la autoconsciencia al contener meta representaciones de sus propios contenidos informativos.
En relación con el sueño, la intuición y la creatividad, ¿qué consideras más destacable de los descubrimientos recientes sobre cómo el cerebro transforma conocimientos inconscientes en conscientes?
Si no fuera por el procesamiento inconsciente que tiene lugar en paralelo en diferentes partes del cerebro durante el sueño, nuestra capacidad creativa podría ser muy inferior a la que tenemos.
Permíteme preguntarte sobre atención y consciencia: ¿cómo se diferencian funcionalmente en el cerebro y hasta qué punto pueden converger en la experiencia creativa o imaginativa?
La atención es un analizador de información concreta y precisa, la consciencia es un sintetizador de información. Podemos ser conscientes sin prestar atención a nada en particular.
Finalmente, desde un punto de vista filosófico, ¿piensas que algún día lograremos un modelo científico capaz de capturar la riqueza de los qualia y la experiencia subjetiva, especialmente en torno a la imaginación?
Un modelo, yo no diría que no sea posible, pero otra cosa es construir un dispositivo con capacidades mentales comparables a las de los humanos de hoy.
Podríamos incluso desarrollarlo sin llegar a conocer su propia intimidad, algo que, en algún grado, ya parece darse en los ingenios artificiales complejos en desarrollo.
Por: Eduardo Martínez de la Fe / T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21