Durante el embarazo beneficia el desarrollo neurológico del bebé.
En México COFEPRIS vigila la seguridad de estos productos.
La evidencia es concluyente: consumir pescados es bueno para tu salud. No solo es un alimento de fácil digestión y bajo en calorías, también aporta proteínas y grasas que el organismo necesita para fortalecer las neuronas y para realizar otras funciones esenciales.
- Impide que se comporten como corresponde a su especie y limita su bienestar, pues se genera en ellos ansiedad, destacó Moisés Heiblum, académico de la FMVZ - No tiene caso integrar a perros o gatos a eventos y costumbres que no necesitan ni comprenden, porque son propios de los humanos, subrayó.
Las personas que tienden a humanizar a sus animales de compañía les causan un gran daño, pues les exigen comportamientos que no son propios de su especie. Tratar como humano a un perro o gato, desdeñando sus propias formas de comunicación, organización social y reglas de convivencia, limita su bienestar al generarles un alto grado de ansiedad, afirmó Moisés Heiblum, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Said Touati vive con su madre, de 90 años, en Tajerouine, al noroeste de Túnez, un área seca y remota cercana a la frontera con Argelia. Es una región agrícola sin grandes industrias alrededor.
Estudiante de una escuela para niños con discapacidades en Cité Soleil, un barrio extremadamente pobre de Puerto Príncipe, capital de Haití. Foto ONU/Logan Abassi
La discapacidad es una condición que afecta el nivel de vida de un individuo o de un grupo. El término se usa para definir una deficiencia física o mental, como la discapacidad sensorial, cognitiva o intelectual, la enfermedad mental o varios tipos de enfermedades crónicas.
En un estudio realizado con más de 6.000 adolescentes se pone de relieve la función protectora del estímulo al cumplimiento de reglas. La investigación también indica que los más ricos beben más.
Jóvenes y adicciones/Rebcenter.
Los padres que exigen el cumplimiento de reglas y que monitorean constantemente las actividades de sus hijos –procurando saber dónde están, con quiénes y qué hacen– corren menos riesgos de afrontar problemas relacionados con el abuso de alcohol y las adicciones a otras drogas cuando los niños llegan a la adolescencia.