Indudable, la importancia y el poder de los intelectuales en México: Carlos Illades
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA. Libro
- Coedición de la UAM recupera el pensamiento de grandes filólogos, historiadores y estudiosos de la cultura.
Foto: Comunicación Social.
La importancia y el poder de los intelectuales en México es indudable, ya que tras la Revolución Mexicana se volvieron los ideólogos y críticos del régimen, quienes no tardaron en crear y ocupar las instituciones que habrían de consolidar el proyecto nacional y cuya recompensa, halago y ostracismo dieron la pauta para un diálogo entre ellos y el gobierno, aunque en el caso de la izquierda debieron labrar con recursos propios los espacios para la difusión de sus ideas y proyectos, sostuvo el doctor Carlos Illades Aguiar, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El investigador del Departamento de Humanidades de la Unidad Cuajimalpa indicó que el libro Los intelectuales en el debate ideológico del siglo XX documenta lo anterior y sus primeros apartados recuperan el pensamiento de grandes filólogos, historiadores y estudiosos de la cultura, entre ellos el galés Raymond Williams, Raimundo Lida y Pablo González Casanova.
Un segundo bloque del libro, editado por Illades Aguiar, enfatiza en la relevancia política de los eruditos en el debate en revistas, tal es el caso de Wolfgang Paalen, quien fundó y dirigió en México Dyn, cuyo principal interlocutor era la audiencia vanguardista de Nueva York, Londres y París, y que al paso del tiempo la consolidarían como la publicación de arte más original de su época, por sus cuestionamientos para desentrañar el vínculo arte-ciencia, en tanto que la médula de su propuesta estética consistía en armonizar la técnica de las antiguas civilizaciones americanas con los paradigmas de la física posterior a Einstein.
Nuevo Mundo, distribuida en América Latina, combinó plumas consagradas del exilio español con las del subcontinente, y a través de temas diversos, entre los que destacan política internacional, literatura, ensayo económico e historia, funge cual plataforma estratégica del latinoamericanismo mexicano tomando por guía el humanismo occidental progresista que llegó a plantear una alianza antifascista panamericana.
Luis Villoro y Enrique Semo hicieron del periodismo la avanzada contra el régimen autoritario al que sirvió Martín Luis Guzmán. Villoro se inició en el periodismo político en 1959 en El Espectador, en el que colaboraron Víctor Flores Olea, Enrique González, Carlos Fuentes y otros miembros de la generación de medio siglo.
En el campo de la política el estalinismo del Partido Comunista Mexicano (PCM) acorraló y expulsó a José Revueltas que formó con otros la Liga Leninista Espartaco en 1960, convencida de que la fuerza política había fracasado en la misión de conducir a la clase obrera a la revolución proletaria.
El doctor Daniel Kent Carrasco, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostuvo que las páginas de este libro se alejan de los cánones de la historia intelectual mexicana para adentrarse al enorme universo de las ideas, debates y posturas del siglo XX, desde las revolucionarias, nacionalistas, izquierdistas, los liberalismos y corrientes estéticas que tuvieron repercusiones globales, sociales y arquitectónicas.
Resulta muy significativo –apuntó– ver la ambigüedad del docto en la vida pública mexicana, en la que había un enorme prestigio, pero también una gran relevancia política por su participación en instituciones de distintos tipos. Esa labor además estuvo muy maltratada fuera de las universidades y los entornos auspiciados por el Estado, pues fuera de ahí, tuvo poco margen de maniobra.
A la fecha estas figuras han dejado de ser percibidas como autoridad y no en el sentido académico, sino que se equiparaban a tótems asociados a ideas y tendencias que se han ido acabando, pues también ha ido cambiando el papel de las ideas y las palabras, así como la forma en la que se transmiten y viven, por lo que la obra ayuda a entender muchas de las facetas menos conocidas, extrañas y fascinantes de esa historia.
El doctor Rafael Mondragón, profesor del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, refirió que esto se vincula al ocaso del docto, ya que “su figura ha sido bajada del pedestal para decir que intelectuales somos todos”.
Sin embargo, hay sujetos colectivos que en determinadas circunstancias pueden elegir –de manera consciente, organizada y profesional– la construcción de sentidos, la elaboración de lenguajes, la creación de proyectos y la organización agrupada que permite relacionarse con el pasado y con el futuro para fomentar sensibilidad.
La edición de Gedisa Editorial y la Unidad Cuajimalpa de la UAM presenta un panorama sobre la profesionalización de las funciones intelectuales y la generación de autonomía en el ámbito ilustrado y, en este sentido, presenta un corte de caja y una problemática al devenir histórico, mientras se vuelve una invitación para indagar por medio de memorias concretas el pasado y así pensar el futuro.
Sitio Fuente: UAM Número 198