Heródoto, “historiador científico”
HISTORIA DE LA CIENCIA.
Heródoto de Halicarnaso no solo fue el primer gran narrador de la antigüedad, sino también un pionero en aplicar un método casi “científico” —aunque con digresiones literarias— para reconstruir las causas y los hechos de las Guerras Médicas y otras culturas del Mediterráneo.
Su obra, comúnmente denominada Las Historias, sentó las bases de la historiografía occidental, combinando relato, etnografía y geografía en un corpus de múltiples libros que aún hoy conserva vigencia académica y literaria.
Foto: Metropolitan Museum of Art / Wikimedia Commons.
Contexto histórico.
Heródoto nació en Halicarnaso, una polis jonia en Asia Menor entonces sometida al Imperio Persa, alrededor del año 484 a.C. Pese a haber nacido como súbdito persa, su tradición familiar épica y sus inclinaciones literarias lo llevaron a estudiar las causas de los enfrentamientos entre griegos y persas tras las invasiones del siglo V a.C.
Orígenes y primeros años.
La fuente más temprana sobre su vida, la Suda bizantina (siglo X), coincide en situar su nacimiento en el seno de una familia acomodada de Halicarnaso, posiblemente emparentada con la dinastía tiria local, y destaca una sólida formación griega que incluyó lecturas de épica y poesía. No existe unanimidad sobre su fecha exacta de muerte, pero la referencia a eventos de la Guerra del Peloponeso en sus textos sugiere que vivió, al menos, hasta 425 a.C.
Viajes e investigación.
Movido por un insaciable afán descriptivo, Heródoto emprendió múltiples viajes: recorrió Egipto, Libia, Babilonia, Persia y diversas islas del Egeo para recopilar relatos orales, inscripciones y noticias locales. Según relata, visitó ciudades como Mileto, Susa, Babilonia, y navegó hasta las costas occidentales del Mar Negro, actividades que le permitieron contrastar fuentes y perfilar sus observaciones etnográficas.
Las Historias: metodología y contenido.
Su obra maestra, Las Historias, consta de nueve libros más un epílogo, donde combina:
- Descripción geográfica: inicia con un catálogo de pueblos y territorios conocidos, revelando conocimientos avanzados de cartografía y costumbres locales.
- Relato de hechos militares: narra con detalle las campañas persas contra las ciudades griegas entre 550 y 479 a.C., equilibrando la perspectiva helénica y persa.
- Digresiones etnográficas: incluye ejercicios de observación cultural, hablándonos de religiones, ceremonias y formas de vida, lo que hoy reconoceríamos como un temprano enfoque antropológico.
Legado y críticas.
La fuerza narrativa y la rigurosidad —dentro de sus estándares de época— le valieron el título de “padre de la historia” por Cicerón, quien admiró su capacidad para “investigar y relatar” (historia significa originalmente “investigación”). Sin embargo, contemporáneos y sucesores lo criticaron por confiar en relatos orales no siempre verificables y por incluir anécdotas fabulosas, lo que motivó apodos como “padre de las mentiras” entre sus detractores.
En siglos recientes, la práctica de contrastar fuentes y su espíritu escéptico han sido reevaluados positivamente: estudios arqueológicos han confirmado varias de sus descripciones, reivindicando su metodología en el cruce entre historia, geografía y etnografía.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings