Las causas genéticas del síndrome de Tourette
CIENCIAS DE LA SALUD / NEUROLOGÍA.
El síndrome de Tourette (ST) es un trastorno neurológico caracterizado por la presencia de tics motores y vocales, que suelen comenzar en la infancia.
Aunque se ha descrito clínicamente desde hace más de un siglo, solo en las últimas décadas la genética ha comenzado a arrojar luz sobre sus causas.
El síndrome es un trastorno del neurodesarrollo que aparece típicamente entre los 5 y los 10 años de edad. Los pacientes presentan tics —movimientos o vocalizaciones breves, repetitivos e involuntarios— que pueden fluctuar en intensidad y frecuencia a lo largo del tiempo. Si bien su origen es multifactorial, la carga genética desempeña un papel crucial.
La herencia del Tourette: una historia genética compleja.
Diversos estudios de gemelos y familias han mostrado que el síndrome de Tourette tiene una fuerte base hereditaria. Las investigaciones indican que entre el 50 % y el 77 % del riesgo de desarrollar el trastorno se debe a factores genéticos. Los familiares de primer grado de personas con ST tienen una probabilidad significativamente mayor de padecerlo o de manifestar tics transitorios o trastornos relacionados como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Sin embargo, el patrón de herencia no es simple ni mendeliano. Más bien, se trata de un trastorno poligénico, lo que significa que múltiples genes —cada uno con un pequeño efecto— contribuyen al riesgo global.
Genes implicados en el síndrome de Tourette.
Aunque no existe un "gen del Tourette", estudios genómicos de asociación (GWAS, por sus siglas en inglés) han identificado variantes en varios genes que podrían estar implicados. Algunos de los más estudiados son:
- SLITRK1: Involucrado en la formación de sinapsis neuronales. Una mutación poco común en este gen fue inicialmente asociada con Tourette, aunque investigaciones posteriores han cuestionado la fuerza de esa asociación.
- CNTNAP2 y NRXN1: Estos genes participan en la comunicación entre neuronas. Variantes raras en ellos se han vinculado no solo al ST, sino también al autismo y otros trastornos del neurodesarrollo.
- HDC (histidina descarboxilasa): Este gen codifica una enzima relacionada con la síntesis de histamina. Mutaciones en HDC han sido encontradas en algunas familias con múltiples casos de Tourette, lo que sugiere un rol potencial en ciertos subtipos del trastorno.
Genética y neurodesarrollo: conexiones en el cerebro.
Las variantes genéticas asociadas al síndrome de Tourette parecen alterar procesos clave del desarrollo cerebral, como la neuroplasticidad, la formación de circuitos corticoestriatales y la modulación dopaminérgica. Este último aspecto es especialmente relevante, ya que muchos tratamientos para el ST se basan en fármacos que regulan la actividad de la dopamina.
Epigenética y factores ambientales.
Además de la genética, factores epigenéticos —cambios en la expresión génica sin alteración del ADN— también pueden influir en el desarrollo del ST. Infecciones, estrés prenatal, bajo peso al nacer y exposición a toxinas ambientales han sido asociados con un mayor riesgo de aparición o agravamiento de los síntomas en individuos genéticamente predispuestos.
¿Qué significa esto para el futuro?
Comprender las bases genéticas del síndrome de Tourette es clave para avanzar hacia diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados. Las tecnologías de secuenciación genómica y la inteligencia artificial están permitiendo un mapeo más detallado de las variantes implicadas, abriendo la puerta a nuevas terapias dirigidas a nivel molecular.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings