Canibalismo en las arañas joro invasoras: por qué las hembras atacan y se devoran entre sí
CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA.
Un nuevo estudio documenta por primera vez las peleas y el canibalismo entre las arañas joro hembras. Sin embargo, no está claro cómo se desarrolla esto en la naturaleza.
Las arañas joro son originarias del sudeste asiático y se detectaron por primera vez en Georgia en 2014. Fotografía de Alex Sanz, AP.
Las invasivas arañas joro llevan desde 2014 construyendo sus enormes telas doradas en todo el este de Estados Unidos. A veces las telas están solas, pero otras veces 10 o 15 hembras habitan en un mosaico de telas interconectadas que se extienden hasta lo alto de un árbol, una especie de complejo de apartamentos para arácnidos.
Una nueva investigación descubre que estas arañas, típicamente tolerantes, pueden mostrar un comportamiento poco amistoso, atacándose e incluso canibalizándose entre sí.
Las arañas joro son originarias del este de Asia. Las hembras parecen una uva amarilla y negra con palillos clavados en ella, lo suficientemente grandes como para llenar la palma de la mano, describe Andy Davis, ecólogo de la Universidad de Georgia en Atenas. “Para alguien con aracnofobia, esta cosa es materia de pesadillas”.
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A pesar de su aspecto aterrador, las arañas joro no hacen daño a las personas ni a las mascotas, asegura. Davis y sus colegas han descubierto que estas criaturas son en realidad bastante tímidas. Si se sopla aire en la cara de una joro, se queda inmóvil durante más de una hora, mientras que otras especies se quedan quietas durante unos minutos. “Las hemos calificado como una de las arañas más tímidas del mundo”, sostiene el ecólogo.
Por eso resultó curioso cuando Davis y su equipo empezaron a observar signos de canibalismo entre las hembras joro. Primero fue una hembra que agarraba a otra hembra en una telaraña. Luego fue un ataque en un acuario en el que se habían colocado dos hembras. Y, por último, una lucha a muerte cuando los investigadores soltaron dos arañas joro al mismo tiempo.
Aunque las arañas joro hembras ocasionalmente se comen a sus compañeros, nunca antes se había observado que lucharan entre ellas.
Por qué luchan las arañas joro.
Los estudiantes de Davis capturaron arañas joro (Trichonephila clavata) y organizaron encuentros para buscar pistas sobre qué es lo que provoca la agresividad. Cuando 25 parejas de hembras de tamaño similar se encontraron en un recipiente plástico para almacenar alimentos, se produjeron peleas en el 40 % de los casos, informó el equipo el 10 de julio en Arthropoda.
En algunos combates, las arañas se arrancaban las patas unas a otras, mientras que en otros, la ganadora hincaba sus colmillos en la perdedora, explica Davis. Por lo general, las arañas más grandes tienen ventaja en el combate, por lo que el equipo de Davis se sorprendió al ver que, en 27 encuentros entre hembras de diferentes tamaños, solo se produjeron peleas en jaulas en el 18 % de los casos, y las arañas más grandes no siempre eran las que iniciaban el conflicto.
Pero los envases de plástico no son el hábitat habitual de las joro, y eso podría influir en el comportamiento de las arañas. Tienen patas largas adaptadas para moverse rápidamente por la telaraña, apunta la ecóloga Erin Grabarczyk, de la Universidad Estatal de Valdosta, en Georgia, que no participó en el trabajo. “Si las pones en el suelo, parecen cervatillos: se tambalean un poco”. Es posible que el recipiente para almacenar alimentos las estresara, comenta.
Así que el equipo de Davis llevó sus pruebas a un entorno más natural: telas vacías en un campo. Introdujeron 14 parejas, colocando cada vez a las dos hembras en una tela que no pertenecía a ninguna de ellas. Esta vez, solo un encuentro terminó en pelea y la ganadora envolvió a su víctima en seda, como si se preparara para una comida.
“No es de extrañar que se marcharan”, afirma Grabarczyk. Es probable que esas telarañas estén cargadas de sustancias químicas y señales que atestiguan la propiedad de la telaraña. Y es posible que las arañas joro tengan otras tácticas para mantener la paz entre vecinas. Por ejemplo, pueden utilizar vibraciones para comunicarse, explica Davis. “De alguna manera, tienen una forma de no comerse unas a otras cuando viven en comunidad”.
Los estudios de campo pueden no parecerse a los enfrentamientos reales entre hembras joro, reconoce el ecólogo Robert Pemberton, investigador independiente de Atlanta que no participó en el estudio. Estas arañas no suelen deambular, sino que se sientan y esperan, afirma. Futuros experimentos con telarañas que contengan hembras residentes podrían evaluar mejor cómo reaccionan ante los intrusos en su territorio.
Arañas joro: ¿Invasoras dañinas o vecinas útiles?.
Davis y otros investigadores están estudiando el comportamiento y la biología de las joro para conocer sus efectos a medida que se propagan. Hasta ahora, el panorama del impacto ecológico no está claro, afirma Davis.
En abril, Pemberton publicó un censo de arañas de los bosques de Atlanta (Estados Unidos) para el periodo 2022-2025; el número de joros se había disparado, mientras que las tejedoras nativas disminuían cada año. Mientras tanto, otro estudio basado en informes de científicos ciudadanos sugería que la presencia de los joros no había cambiado mucho la composición de las comunidades de arañas en varios estados. No está claro si la agresividad o el canibalismo podrían influir en la propagación de las joros.
Es posible que las arañas estén encontrando un lugar en las redes tróficas locales. Pemberton descubrió que los cardenales atacan a las joro y es posible que se las coman. Las joro pueden alimentarse de otras especies invasoras, como la mosca lanterna manchada, que destruye los árboles, afirma Davis.
“Se trata de una nueva especie que sin duda está cambiando el ecosistema”, asegura. “Es muy importante comprenderlo desde una perspectiva ecológica”.
Por: Carolyn Wilke.
Sitio Fuente: National Geographic en Español