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Hiperactividad mental nocturna: causas, efectos y cómo entrenar la mente para descansar mejor

PSICOLOGÍA / CUIDADO DE LA SALUD.-

Dormirse puede convertirse en un desafío cuando la mente no se detiene. La hiperactividad mental nocturna, también conocida como rumiación nocturna, es un fenómeno cada vez más estudiado en neurociencia y psicología clínica. Afecta a millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por la dificultad para “apagar” los pensamientos al final del día, incluso cuando el cuerpo está agotado.

¿Qué es la hiperactividad mental nocturna?

Se trata de un estado de actividad cognitiva elevada durante la noche. La persona experimenta una cadena incesante de ideas, preocupaciones o planes futuros que impiden conciliar el sueño o provocan despertares constantes. Aunque no figura como diagnóstico en los manuales médicos, sí está estrechamente relacionada con el insomnio de tipo cognitivo.

Principales causas.

Los investigadores señalan múltiples factores que pueden desencadenar este fenómeno:

- Estrés y ansiedad: los niveles elevados de cortisol dificultan la desconexión mental.

- Sobreexposición a pantallas: la luz azul altera la producción de melatonina, hormona del sueño.

- Exceso de cafeína o estimulantes: prolongan el estado de alerta.

- Altas exigencias laborales o académicas: fomentan la “lista mental interminable” al acostarse.

- Predisposición psicológica: personas con tendencia a la perfección o la preocupación suelen ser más vulnerables.

Consecuencias en la salud.

La hiperactividad mental nocturna no solo retrasa el sueño, también impacta en la calidad de vida:

- Menor rendimiento cognitivo y memoria deficiente.

- Fatiga diurna, irritabilidad y problemas de concentración.

- Mayor riesgo de desarrollar depresión o trastornos de ansiedad.

- Alteraciones metabólicas vinculadas a la falta de descanso profundo.

Estrategias respaldadas por la ciencia.

Los especialistas recomiendan diversas técnicas para reducir la hiperactividad mental nocturna:

- Higiene del sueño: mantener horarios regulares y un entorno oscuro y silencioso.

- Desconexión digital: evitar pantallas al menos 60 minutos antes de dormir.

- Escritura terapéutica: anotar preocupaciones y pendientes ayuda a liberar la mente.

- Técnicas de relajación: respiración profunda, meditación o mindfulness.

- Ejercicio físico moderado: practicado durante el día, favorece la conciliación del sueño.

- Consulta profesional: en casos crónicos, acudir a un especialista en sueño o psicólogo clínico.

Un reto creciente en la era digital.

Vivimos en una sociedad hiperconectada, donde la mente rara vez descansa. La hiperactividad mental nocturna refleja la tensión entre nuestro ritmo biológico ancestral y las demandas de la vida moderna. Investigar sus mecanismos no solo ayuda a quienes padecen insomnio, sino que también abre la puerta a comprender mejor el equilibrio entre actividad cerebral y descanso reparador.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings