La nave Resilience se estrella en la Luna
ASTRONÁUTICA / INGENIERÍA ESPACIAL.
La misión lunar de la empresa Ispace ha tenido éxito en todas sus etapas excepto en esta última.
La zona en la que se estrelló la Resilience. La fotografía la tomó tiempo atrás la sonda espacial LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA, en órbita a la Luna desde 2009. Foto: NASA Goddard Digital Team
La nave Resilience, del programa Hakuto-R de la empresa japonesa Ispace, fue lanzada al espacio conjuntamente con la Blue Ghost 1, de la empresa estadounidense Firefly Aerospace. El lanzamiento se efectuó el 15 de enero de 2025 mediante un cohete Falcon 9 de SpaceX. Los viajes de ambas naves pasaron tras eso a desarrollarse independientemente, siendo ambos mucho más largos que los de las naves tripuladas del programa Apolo, al disponer de menos energía que las Apolo.
El 2 de marzo de 2025, la Blue Ghost 1 aterrizó con éxito en la Luna y Firefly Aerospace se convirtió en la primera organización comercial en lograr hacer aterrizar con pleno éxito una nave en la superficie de la Luna.
El viaje de la Resilience, más largo, la acabó llevando también a la Luna.
La Resilience transportó consigo instrumental de diversas entidades para realizar observaciones científicas y también para probar nuevas tecnologías. Uno de los instrumentos era un sensor, desarrollado por la Universidad Central Nacional de Taiwán, para medir la radiación espacial entre la Tierra y la Luna y la que llega a la superficie lunar. Destacan también un experimento de producción de comida de la empresa biotecnológica Euglena Co. y un sistema de electrolisis de la empresa Takasago Thermal Engineering Co. para producir oxígeno e hidrógeno en la Luna a partir de agua de hielo lunar.
Además, estaba previsto que, tras el alunizaje de la Resilience, desembarcará de ella un pequeño vehículo de cuatro ruedas, el Tenacious. La misión de este róver debía ser circular por los alrededores y explorar la zona. El Tenacious, con unos 5 kilogramos de peso y unas dimensiones de 54 centímetros de largo por 32 de ancho y 26 de alto, fue equipado con una cámara con la que debía captar imágenes de la superficie lunar. Durante su misión en suelo lunar, debía comunicarse con el centro de control de vuelo en la Tierra a través de la Resilience.
Cuando, el 6 de junio de 2025, comenzó la operación de alunizaje de la Resilience, al principio todo iba bien. Desde el centro de control en la Tierra se enviaron las órdenes para ejecutar las operaciones necesarias. La Resilience descendió sin problemas desde una altitud de unos 100 kilómetros hasta una de unos 20 y entonces activó su motor principal para reducir su velocidad e iniciar las maniobras finales de frenado, tal como estaba previsto.
Por desgracia, al poco se cortó la comunicación con la nave. Y después tampoco llegó de ella aviso alguno de que hubiera alunizado con éxito. Cuando el tiempo transcurrido desde el momento calculado para el alunizaje fue demasiado grande, resultó evidente que las cosas no habían ido bien.
Aunque se intentó restablecer la comunicación con la Resilience, no se consiguió.
El análisis de todos los datos disponibles apunta a que el sistema láser encargado de medir la distancia entre la nave y el suelo lunar no funcionó correctamente y que como consecuencia de ello la nave no redujo a tiempo su velocidad hasta el valor adecuado. El impacto contra la superficie fue lo bastante duro como para incapacitarla para ejecutar su misión en suelo lunar.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings