Alopurinol, primer medicamento huérfano contra el síndrome de Marfan
CIENCIAS DE LA SALUD / FARMACOLOGÍA.
El síndrome de Marfan es una enfermedad rara sin cura actualmente y que afecta a un porcentaje minúsculo de la población. En el caso de la Unión Europea, solo 7 de cada 100.000 personas lo padecen.
Los expertos Gustavo Egea, Victoria Campuzano e Isaac Rodríguez-Rovira en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB. Foto: Carlota Vallès / IDIBAPS
Se trata de una enfermedad genética del tejido conectivo que afecta principalmente al sistema cardiovascular, esquelético y ocular. Está causada por mutaciones en el gen FBN1, que codifica la fibrilina-1, una proteína esencial para la integridad estructural de muchos tejidos del cuerpo, ya que forma parte de las fibras elásticas. La enfermedad puede manifestarse clínicamente de forma variable entre los pacientes (se han descrito más de tres mil mutaciones distintas), incluso dentro de la misma familia con la misma variante genética.
Esta enfermedad crónicamente debilitante conlleva alteraciones vasculares graves, desde la dilatación anormal de la aorta (aneurisma) hasta su disección y rotura. Otras afectaciones, aunque no fatales como las aórticas, son de tipo respiratorio (neumotórax y apneas del sueño), oculares (ceguera por desplazamiento del cristalino) y musculoesqueléticas (flacidez muscular y articular y elevada estatura).
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha designado el alopurinol como el primer medicamento huérfano para el tratamiento síndrome de Marfan. Los fármacos conocidos como medicamentos huérfanos van dirigidos a tratar unas patologías tan poco frecuentes que las empresas farmacéuticas precisan unas condiciones especiales, muy favorables, para comercializarlos.
La designación de este medicamento huérfano (ampliamente utilizado hasta ahora para el tratamiento de la gota) es un avance significativo en la investigación de nuevos tratamientos contra esta grave patología minoritaria que afecta principalmente al componente vascular del organismo. La designación no establece que el medicamento sea seguro o eficaz, solo indica que el medicamento cumple con la definición de huérfano establecida por la Comisión Europea. Por tanto, es preciso continuar con el desarrollo de los estudios clínicos correspondientes para lograr su autorización.
Un equipo investigador de la Universidad de Barcelona (UB), el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), en España, ha estudiado la posible aplicación de este medicamento para el tratamiento preventivo y paliativo del aneurisma aórtico que es característico del síndrome de Marfan. Hasta el momento, los ensayos se han realizado en modelos animales de la enfermedad, y en fechas futuras se prevé el inicio de ensayos clínicos internacionales en pacientes.
Este estudio lo ha desarrollado el grupo liderado por Gustavo Egea, catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona e investigador del IDIBAPS, en estrecha colaboración con Isaac Rodríguez-Rovira, investigador posdoctoral de la UB, y Victoria Campuzano, investigadora del CIBERER.
El alopurinol, utilizado en la práctica clínica para el tratamiento de la gota, es un inhibidor de la enzima xantina oxidorreductasa, que genera ácido úrico y especies reactivas de oxígeno y está alterada en la aorta de pacientes y en ratones modelo del síndrome de Marfan.
Reposicionar fármacos: nuevos usos de los medicamentos.
El tratamiento con alopurinol, que actúa como un potente antioxidante, ha demostrado detener y prevenir la progresión y aparición del aneurisma y las disecciones aórticas. Como ventajas adicionales a su uso farmacológico, el alopurinol es un medicamento seguro, barato y muy conocido en el ámbito clínico. Así pues, el reposicionamiento de este fármaco para el tratamiento cardiovascular en el síndrome de Marfan (y probablemente también para otras enfermedades vasculares) lo hace especialmente atractivo por su amplio conocimiento clínico, su seguridad farmacológica y su bajo coste económico.
Hoy en día no existe un tratamiento curativo autorizado para esta enfermedad. El tratamiento farmacológico actual es de tipo paliativo y se basa en la administración de betabloqueantes y antihipertensivos/antagonistas de los receptores de angiotensina II. Sin embargo, su eficacia es muy limitada, por lo que se necesitan nuevos tratamientos complementarios que eviten en la medida de lo posible la intervención quirúrgica de la aorta dilatada (cirugía preventiva) o ya diseccionada (cirugía reparadora de urgencia), con el consiguiente riesgo propio de este tipo de cirugías.
La designación como medicamento huérfano por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) conlleva una serie de ventajas, como la obtención de una autorización de comercialización exclusiva durante diez años en los que no pueden comercializarse productos similares, el acceso a protocolos de asistencia y consejo científico gratuitos o con un coste reducido y la exención del pago de tasas para la designación. Además, las entidades que desarrollan estos medicamentos pueden optar a subvenciones específicas de la Unión Europea y de los programas de los estados miembros, lo que favorece el desarrollo de tratamientos para patologías con escasa inversión privada debido a su baja prevalencia.
A su vez, con esta nueva designación el CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red) ha promovido diecinueve medicamentos huérfanos aprobados por la EMA, seis de los cuales también han sido designados como tales por la agencia estadounidense homóloga, la FDA. Ocho de estos medicamentos corresponden a terapia génica y los otros once son reposicionamientos, es decir, fármacos que ya se utilizan para otras patologías y que están siendo evaluados para su uso en enfermedades raras.
En este contexto, la UB también ha participado anteriormente en el desarrollo de dos medicamentos huérfanos promovidos por el CIBER y aprobados por la EMA. En concreto, se trata de los fármacos destinados al tratamiento de la cistinuria (la investigadora principal era la catedrática Virginia Nunes (UB-IDIBELL), fallecida en 2024) y la leucoencefalopatía megaloencefálica, con los expertos Raúl Estévez (UB / IDIBELL) y Assumpció Bosch (UAB) como investigadores principales. (Fuente: Universitat de Barcelona).
Sitio Fuente: NCYT de Amazing