Señales de antes de la formación de las primeras estrellas y galaxias del universo

COSMOLOGÍA / ASTRONÁUTICA.-

Unos astrónomos creen factible captar señales de los confines del universo que datan de cuando la materia creada a raíz del Big Bang (la “explosión” colosal con la que nació el universo) se había enfriado lo suficiente pero todavía no se habían formado con ella estrellas ni galaxias.

A esta etapa de la evolución del universo se la conoce como la “Era Oscura”. La detección de esta especie de reliquia del Big Bang podría hacerse mediante una nave sobrevolando la cara oculta de la Luna.

En esta representación artística de la evolución del universo desde el Big Bang (extremo izquierdo) hasta la actualidad (extremo derecho), la era oscura de la cual se intentará captar señales es la franja marcada con la flecha roja. Imagen: N.R. Fuller, U.S. National Science Foundation 

Para captar tales señales, en forma de ondas de radio, se necesita un silencio de radio que no existe en la Tierra. Aquí se generan muchas interferencias, desde las naturales de nuestra atmósfera a las artificiales de nuestras telecomunicaciones y maquinaria eléctrica.

“Es como intentar escuchar el susurro de alguien mientras hay un concierto a todo volumen en la sala de al lado”, compara Eloy de Lera Acedo, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, quien forma parte del equipo del proyecto.

La idea no es nueva. El equipo del astrofísico Jack Burns de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, ya hizo un trabajo pionero al respecto, a petición de la NASA. La idea es que un satélite en una órbita idónea alrededor de la Luna estaría, mientras se mantuviera sobre la cara oculta de esta, bien escudada contra las citadas interferencias, y, en teoría, podría captar ondas de radio emitidas en su día por las nubes primigenias de gas hidrógeno que eran lo único que supuestamente existía en el universo por aquellos tiempos.

La misión CosmoCube permitiría hacer eso. Valerse de la Luna como un escudo gigante para bloquear todo el ruido que se emite desde la Tierra en la banda de las ondas de radio, y así poder discernir el débil susurro del hidrógeno primigenio.

Como la radiación electromagnética tarda tantos años en recorrer un trecho como años-luz mida este, observando lo bastante lejos es posible captar señales que nos estén llegando ahora aquí y que fueron emitidas por esas arcaicas nubes de hidrógeno durante la era oscura.

CosmoCube dispondrá de un radiómetro de muy alta precisión para ondas de radio, calibrado expresamente para la tarea y con un consumo energético modesto. El satélite en sí podrá ser sencillo y de bajo coste, gracias sobre todo a los bajos requerimientos energéticos del radiómetro.

Desde su órbita lunar, el satélite CosmoCube empleará el radiómetro para escuchar en frecuencias de entre 10 y 100 megahercios, y podrá detectar, de entre el mar de ruido cósmico, las señales delatadoras, aunque extremadamente débiles, del hidrógeno primigenio.

CosmoCube cuenta con el apoyo de la Agencia Espacial Británica y en él trabaja un consorcio internacional dirigido desde el Reino Unido. Los preparativos están bastante avanzados y se espera poder colocar al satélite en la órbita lunar deseada antes de que acabe esta década.

Los últimos avances en el proyecto han sido presentados públicamente en un congreso nacional de astronomía celebrado recientemente en la ciudad británica de Durham y organizado por la Universidad de Durham y la RAS (Royal Astronomical Society), ambas entidades del Reino Unido.

Por: Redacción.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings