Descubren el resultado de la fusión entre una enana blanca y otra estrella
ASTROFÍSICA.
Una enana blanca es un cuerpo celeste con un diámetro similar al de la Tierra pero con una masa parecida a la del Sol, lo cual lo dota de una densidad enorme, superada tan solo por la de las estrellas de neutrones y la de los agujeros negros.
Las estrellas que al acabar su vida como tales no son lo suficientemente masivas como para derrumbarse sobre sí mismas y explotar como supernovas, se encogen hasta convertirse en enanas blancas. Nuestro Sol se convertirá en una enana blanca dentro de unos cinco mil millones de años.
Ilustración que representa la fusión estelar que formó la enana blanca ultramasiva WD 0525+526. Imagen: Snehalata Sahu / University of Warwick
En teoría, una enana blanca puede tener una masa de hasta 1,4 veces la del Sol, pero las enanas blancas más masivas que el Sol son raras.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una de estas enanas ultramasivas raras. El equipo está encabezado por Snehalata Sahu, de la Universidad de Warwick en el Reino Unido. Para su hallazgo, los autores del estudio se valieron de observaciones realizadas mediante el telescopio espacial Hubble de la NASA y la ESA, respectivamente las agencias espaciales estadounidense y europea.
La enana blanca inusual, llamada WD 0525+526 y ubicada a 128 años-luz de la Tierra, es un 20% más masiva que el Sol.
En luz visible, el espectro de la atmósfera de WD 0525+526 se asemeja al de una enana blanca típica. Sin embargo, el espectro ultravioleta obtenido por el Hubble reveló algo inusual: evidencia de carbono en su atmósfera.
Las enanas blancas que se forman a partir de la evolución de una sola estrella tienen atmósferas compuestas de hidrógeno y helio. El núcleo de la enana blanca suele estar compuesto principalmente de carbono y oxígeno o de oxígeno y neón, pero una atmósfera densa suele impedir la presencia de estos elementos químicos en su espectro.
La presencia de carbono en el espectro de una enana blanca puede indicar un origen más violento que el típico escenario del encogimiento de una estrella de masa modesta que cesa en su actividad nuclear: la colisión de dos enanas blancas o de una enana blanca y una estrella. Dicha colisión puede quemar nuclearmente las atmósferas de hidrógeno y helio de las estrellas en colisión, dejando una escasa capa de hidrógeno y helio alrededor del remanente de la fusión que permite que el carbono del núcleo de la enana blanca flote hacia arriba, donde puede detectarse.
Esta es la primera vez que una enana blanca nacida de la colisión entre estrellas ha sido identificada por su espectro ultravioleta.
El estudio se titula “A hot white dwarf merger remnant revealed by an ultraviolet detection of carbon”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings