El poder de… El tomate (o jitomate, como se le conoce en el centro de México)

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Tomates rojos (o jitomates, como le dicen en el centro de México)
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- La palabra ‘tomate’ proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.
- En el centro de México se le llama ‘jitomate’, mientras en el norte del país y en el extranjero le dicen ‘tomate’.
- Es muy rico en distintos antioxidantes, particularmente licopeno.

¿Qué es el tomate (o jitomate, como se le llama en el centro de México)?.

El jitomate (Solanum lycopersicum) es el fruto de la planta de la familia de las solonáceas junto con el chile, la papa y el tabaco.

Se piensa que el jitomate es originario de Perú, sin embargo fue en México donde se domesticó y bautizó este fruto, por lo que su nombre proviene del náhuatl, xictitomatl o “tomate de ombligo”.

China es el principal productor de jitomate en el mundo, seguido de India y juntos producen el 40% del volumen total.

México ocupa el décimo lugar, aportando un 3.1% de la producción mundial.

Sinaloa es donde se produce más volumen de jitomate, seguido de San Luis Potosí y Michoacán. El jitomate representa el 22.5% de las hortalizas cultivadas. Es un cultivo disponible todo el año.

Desde épocas prehispánicas el jitomate era ingrediente básico de muchos platillos aunque también hay evidencia de que fue utilizado para pagar impuestos.

Entre el siglo XVI y XVII se expandió desde Europa hasta Asia y África.

Actualmente, en el centro de México se le llama jitomate, ya que tomate refiere al tomate verde o tomatillo, mientras en el norte del país y en el extranjero se le llama tomate.

Las variedades consumidas en México son:

- Bola
- Saladette (alargada)
- Cherry.

El consumo por persona al año se estima en 14.3 kg.

¿Qué nutrimentos y beneficios aporta?.

Como prácticamente todas las frutas y verduras, el jitomate es buena fuente de fibra, vitamina C y potasio, y su color rojo nos indica que contiene betacarotenos, una forma de vitamina A, todos ellos aportando beneficios directos a la salud, ya sea en el sistema digestivo, cardiovascular, inmunológico, entre muchas otras funciones vitales.

Otro elemento similar, el licopeno, un carotenoide con un alto poder antioxidante, por lo que inhibe la oxidación en nuestras células y con ello las protege de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cáncer.

La cantidad de licopeno varía de acuerdo con la variedad del tomate (mayor en el saladette o alargado), de su grado de madurez (a mayor madurez mayor contenido) y de la forma en que fue cultivado y madura (es mayor en cultivos al aire libre y madurados en planta).

Al momento de consumirlo, el licopeno es más absorbible cuando se consume cocido o triturado e incluso en combinación con aceite.

También contiene luteína y zeaxantina, otros carotenoides también con función antioxidante y presentes en la retina, la mácula y el cristalino del ojo con lo que se asocia con la prevención de enfermedades como cataratas y degeneración macular.

El tomate contiene también otros fitoquímicos, como flavonoides y fitoesteroles.

Los primeros, al igual que los carotenoides tienen función antioxidante e incluso también antiinflamatoria y antiviral.

Los fitoesteroles inhiben parcialmente la absorción de colesterol en el intestino, ayudando a reducir sus niveles en sangre.

Además, las hojas del tomate contienen un compuesto llamado tomatina, a la cual se le atribuyen propiedades antibacterianas, antimicóticas y antiinflamatorias.

¿Cuánto cuesta?.

Con base en el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), a la fecha de elaboración de esta ficha, el precio de tomate bola oscilaba entre $13 y $20 pesos mexicanos mientras que el tomate saladette desde $11 a $21 pesos.

¿Sabías qué?.

En Historia General de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún describió un platillo servido a Moctezuma llamado totolin patzacalmollo como una cazuela de gallina hecha a su modo con chilli bermejo (chile rojo) y con tomates y pepitas de calabazas molidas.

¿Cómo se recomienda consumirlo?.

Como se mencionó, el licopeno del jitomate se absorbe mejor cuando está cocido, aunque también de esta forma pierde otros elementos, como la vitamina C.

Por ello, la recomendación es consumirlo en ambas formas, tanto crudo como cocido, y hacerlo parte de la dieta diaria.

Afortunadamente en México es común consumirlo a través de salsas y guisados.

En la sección siguiente te proponemos diversos platillos para incorporar fácilmente este preciado ingrediente en forma diferente a la que estamos acostumbrados.

Por: Fiorella Espinosa.

Sitio Fuente: El Poder del Consumidor