Cuando el cuerpo miente: cómo y por qué nuestros sentidos nos engañan sobre nosotros mismos
CIENCIAS DE LA VIDA.
¿Estás realmente seguro de dónde termina tu cuerpo? ¿Sabes con certeza que lo que sientes es lo que realmente sucede?
La mayoría respondería que sí. Sin embargo, la ciencia demuestra que nuestros sentidos, aunque esenciales para sobrevivir, no siempre dicen la verdad. En determinados contextos, pueden engañarnos por completo sobre nuestro propio cuerpo. Este fenómeno tiene implicaciones fascinantes para la neurología, la psicología, la medicina y hasta la tecnología emergente como la realidad virtual.
1. La ilusión del cuerpo: ¿qué es la "propiocepción"?.
La propiocepción es el sentido que nos permite percibir la posición, el movimiento y la orientación de nuestro cuerpo en el espacio, incluso con los ojos cerrados. Sin ella, tareas simples como tocarte la nariz con el dedo serían imposibles. Sin embargo, este sentido no es infalible. El cerebro construye la experiencia del cuerpo a partir de señales sensoriales múltiples —visión, tacto, equilibrio, señales internas— y cuando estas se contradicen, la percepción del cuerpo puede colapsar o distorsionarse.
2. El experimento de la “mano de goma”: una trampa para el cerebro.
Uno de los experimentos más conocidos en neurociencia cognitiva es el de la ilusión de la mano de goma. Consiste en esconder una de tus manos reales mientras ves una mano de goma en su lugar. Si ambas son acariciadas de forma sincronizada, muchas personas comienzan a sentir que la mano de goma es suya. Este engaño sensorial muestra lo fácilmente que el cerebro puede reconfigurar su mapa corporal.
3. ¿Qué pasa en el cerebro cuando se produce una ilusión corporal?
Estudios con resonancia magnética funcional (fMRI) muestran que durante ilusiones corporales se activan regiones como el corteza parietal posterior y la ínsula, encargadas de integrar la información sensorial. Estas áreas ponderan la información visual por encima de la táctil o propioceptiva, lo que puede llevar a errores sistemáticos en la percepción del cuerpo.
Este tipo de investigaciones ha sido crucial para entender síndromes neurológicos como la asomatognosia (donde una persona niega que una parte de su cuerpo le pertenece) o el síndrome del miembro fantasma, que afecta a personas amputadas.
4. La realidad virtual: aliada de la neurociencia y experta en ilusiones.
En entornos de realidad virtual, los usuarios pueden adoptar cuerpos completamente distintos al suyo —más altos, más bajos, de otro género o incluso no humanos— y en pocos minutos sentir que ese cuerpo virtual es suyo. Este fenómeno se llama embodiment (encarnación virtual) y está siendo utilizado en terapias psicológicas, rehabilitación motora y educación.
Un estudio de la Universidad de Barcelona mostró que cuando los hombres eran puestos en cuerpos virtuales de mujeres y luego enfrentaban situaciones de acoso, desarrollaban mayor empatía hacia las víctimas. La ilusión corporal, por tanto, no solo engaña al cuerpo, sino que puede cambiar la mente.
5. Implicaciones filosóficas y éticas: ¿quiénes somos si nuestro cuerpo es una ilusión?
Si la percepción de nuestro cuerpo puede cambiar tan fácilmente, ¿qué dice eso sobre nuestra identidad? ¿Dónde termina el yo físico y empieza el yo mental? Estas preguntas están siendo exploradas por la neurofilosofía y la ética aplicada, especialmente ahora que las tecnologías inmersivas y las prótesis inteligentes están alterando nuestras fronteras corporales tradicionales.
Sitio Fuente. NCYT de Amazings